jueves, 28 de abril de 2016

Carta desde el futuro

Le pese a quién le pese, los viajes en el tiempo no los inventaron Doc Brown ni Marty McFly con su Delorean. La literatura recogió mucho antes este deseo del ser humano de viajar, y también de hacerlo a través del tiempo. Dignas de leerse son las obras de Isaac Asimov, Stephen King o Poul Anderson. Pero volviendo a nuestros escritores, les hemos propuesto volver a las misivas. Si hace unos días jugábamos con la carta a un náufrago, ahora les proponemos que su 'yo' del futuro escriba una carta a su 'yo' del presente. Es hora de hacer un viaje. Un viaje en el tiempo.

CARTA DESDE EL FUTURO
18.11.2025
Hola, soy tu yo del futuro. Quería felicitarte porque hoy es nuestro cumpleaños. Me gustaría que le recordases a mamá que haga la tarta de chocolate. Si no nunca seremos lo que hemos llegado a ser. ¡No te olvides de ir a entrenar esta tarde!
Un abrazo.
Juan Diego (2º ESO)

CARTA DEL FUTURO
Querido Gabriel del pasado, te escribe tu yo del futuro. En el futuro crearás una máquina que hará los deseos de todo el mundo. Al principio todo era fascinante, pero después todo el mundo empezó a desear cosas malas y egoístas. Para impedir esto no te puedes hacer muy amigo de tu profesor de mates, don Luis. Él te obligará a estudiar ciencias y te obligará a ser inventor y tú al principio pensabas que te iba a dejar estudiar magisterio… pero te equivocaste, no te dejará y te mandará crear todo lo que él quiera y tú pensarás que te puedes negar, pero no será tan fácil. Al principio lo conseguirás, pero don Luis tomará precauciones y te pondrá en una especie de coma. Con un ordenador te obligará a crear cosas. Una de ellas será la máquina que acabe con la humanidad. Te preguntarás: si estaba en coma, ¿cómo es posible que te escriba? Bien, es porque mataron a don Luis unos asesinos y me encarcelaron; pero no son muy listos y pude escribir esta carta.
Gabriel Quesada Lobo (1º ESO)

CARTA DESDE EL FUTURO
Hola, yo pasado.Te escribo desde el futuro. Es vital que leas las siguientes líneas con el mayor detenimiento ,a fin de que comprendas la increíble historia que pasarás; pero, sobre todo, no te olvides enterrar esta carta en el paralelo 58,23222 y meridiano 83,73645278. Lo comprenderás cuando lo veas. Sigue al hombre vestido de luto. No mires a la estatua en movimiento. Baila con la serpiente de hierro. Escribe todo lo que puedas. Bajo ningún concepto y de ninguna manera, agites el cilindro anaranjado. Esto te puede parecer sin sentido ahora, pero es necesario que lo recuerdes.
Diego Rodríguez (4º ESO)

CARTA DESDE EL FUTURO
Hola yo del pasado, te quería comunicar que en mi vida, es decir, la tuya. Ha habido un pequeño fallo que cambiará nuestra vida para siempre. Tendrías que haber estudiado mucho, pero lo más importante es que te tienes que tirar desde la cascada. Sí, ya sé que se que suena de locos, pero tienes que lanzarte a por un mujer joven que será la mujer de tu vida. De nuestra vida La mujer murió ahogada , y sigo arrepentido de no haberla salvado. La conociste el primer día de instituto.
Stanislav Yaruchyk (1º ESO)

jueves, 21 de abril de 2016

Alguien escribió antes del siglo XXI

Nuestros jóvenes escritores buscan inspiración entre los libros de Harry Potter, Los juegos del hambre o El corredor del laberinto. Si bien hemos cerrado mucho el espectro, también es verdad que no nos alejamos mucho de la realidad. A estos cuadros inspiradores de aventuras, podemos añadir todo lo que tenga que ver con superhéroes, zombis y muchas muertes de por medio, con unas buenas dosis de ciencia ficción.

Visto en http://goo.gl/BQAn8i
En esta ocasión nos hemos planteado partir de las primeras líneas de libros como Historia de dos ciudades, La regenta, El guardián entre el centeno o El principito. Si los títulos no les suenan, mucho menos las historias; ni que decir sus autores, patrios o extranjeros. Pues bien, desde la web www.quelibroleo.com los alumnos han entrado en contacto con el inicio de hasta 50 obras literarias distintas, unas más clásicas (y necesarias) que otras. Y así han empezado sus nuevas historias de la semana. Que lo disfrutéis.

EL PRINCIPITO

Cuando yo tenía seis años vi en un libro sobre la selva virgen que se titulaba “Historias vividas”, una magnífica lámina. Representaba una serpiente boa que se tragaba a una fiera. Cuando lo abrí, encontré un mundo lleno de palabras que la mayoría no las entendía, y día tras día intentaba descifrar  las palabras. Cuando lo descifre todo, entendí  que mi bisabuelo desaparecido, había descubierto una ciudad subterránea y que estaba llena de vida. El problema era que no había animales, así que tuvo que robar animales de diferentes zoos para poder crear el ciclo de la vida. 
Cuando terminé el libro vi un pequeño mapa que conducía al enorme jardín que tenía. Allí había un candado, que abrí con la llave que venía detrás. Me quedé deslumbrado ante la naturaleza que me rodeaba. Había todo tipo de animales incluso de los que no conocía. Fui explorando hasta que encontré un trono donde ponía: “El Principito”.
Stanis Yaruchyk (1º ESO) / Antoine de Saint-Exupéry

HISTORIA DE DOS CIUDADES

Visto en http://goo.gl/Q9lH75
En la ciudad había dos mundos que siempre estaban juntos solo que no lo sabían, porque una barrera mágica invisible los separaba. Un día un muchacho muy vulgar, maleducado y sin vergüenza, fue al bosque prohibido, andando.Vio a lo lejos un muro que medía unos 3 metros y se acercó para tocarlo; pero al acercarse vio que, antes de llegar a él había un precipicio del que no se veía el fondo. Dio unos pasos hacía tras, cogió carrerilla y... saltó. Llegó al muro casi sin aliento, pero era confortante, lo tocó y su mano atravesó la inmensa pared. Se dispuso a traspasarlo y al hacerlo vio un mundo muy diferente al suyo.  El de él transmitía amargura, soledad, tristeza, enfado… En cambio el nuevo transmitía alegría, esperanza, amabilidad... Al ver esto quiso correr a contárselo a todo el mundo para cambiarlo, pero después pensó que si se lo decía, serían capaces de invadir este lugar. Y decidió dejar su cruel e infernal vida y quedarse en aquel mágico lugar.
Gabriel Quesada (1º ESO) / Charles Dickens

EL ARCO IRIS DE GRAVEDAD

Un grito a través del cielo sonó en la noche oscura, mientras veía una película de miedo y mis padres estaban durmiendo, yo estaba asustado por los sonidos que se escuchaban en el jardín. Hacía mucho frío en el salón, encendí la chimenea  y apague la televisión subí las escaleras y dormí en mi habitación.
A la mañana siguiente era sábado, bajé las escaleras y mi abuela estaba enfrente de la chimenea mientras hacía punto. Fui a la cocina para desayunar y allí me encontré a mi hermana con el móvil, como siempre. Me preparé un Cola-Cao, me cogí un bollo y desayuné.
Cuando mis pares volvieron a casa vi las paredes chorreando sangre y me desperté con el desayuno en la cama.
David González (2º ESO) / Thomas Pynchon

El Señor de los Anillos, por Juan Gómez Villa / J. R. R. Tolkien.

El viejo y el mar, por Samuel Castellanos / Ernest Hemingway.

El Capitán Alatriste, por Juan Diego / Arturo Pérez Reverte.

Babbit, por Diego Rodríguez / Sinclair Lewis.

Viaje al centro de la tierra, por Gonzalo Rodríguez / Julio Verne.

Me llamo Rojopor Fernando García / Orhan Pamuk.


viernes, 15 de abril de 2016

Los pecados capitales

"Cómo siga así, lo mato"; o "voy a reventar este bufé"; o "cinco minutitos más". Quien más y quien menos se ha visto envuelto en esta suerte de proverbios, que más bien son los apellidos de algunos pecados capitales. En esta ocasión hemos decidido enfrentarnos a algunos de ellos mediante la escritura, tomando la idea de otros compañeros de pluma, los literautas.

Ah, y hemos conseguido que todos podáis publicar. Ahora, además de los textos que aparecen en la entrada, pondremos al final un enlace para poder ver las creaciones de todos nuestros escritores.

visto en https://goo.gl/CkAIBZ
PEREZA

Son las 4 de la tarde de un caluroso jueves, estoy tumbado en la cama. La siesta diaria de hoy está siendo más larga, pues hace calor y me da pereza levantarme. Me quedo unos quince minutos más, aunque no sé cuánto exactamente. ¿Dónde habré dejado el reloj? Ah, está en la mesa. Pero no soy capaz de levantar la cabeza para mirarlo. Pasan otros veinte minutos. Me he cansado de estar tumbado. Me quito la almohada de la cara y con mucho esfuerzo me levanto. Me arrastro hasta el sofá y enciendo la tele y me pongo a ver lo que están echando. Dejo puesta una película poco interesante. Mientras tanto me arrimo a la nevera portátil que he colocado al lado del sofá y cojo una Coca-Cola y una barra de chocolate. Abro la lata, sorbo un poco y la pongo sobre mi barriga cervecera. Doy un mordisco a la barra de chocolate y me vuelvo a dormir.
Isaac Santín, 2º ESO.

IRA


Estaba enfadado. Hacía calor. Estaba cubierto de polvo y sangre en el brazo. Lo único que me apetecía era levantarme y golpear a ese imbécil. Decidí que como él me había empujado, me levantaría y le daría. Eso hice. Me levanté y le empujé violentamente tirándole al suelo. Le empecé a dar patadas. Me habían dicho que para tener 14 años podría haberme metido en el ejército por mi fuerza. Pero me faltaban cuatro años. Después de dejarle dolorido en el suelo sin poderse levantar, fui a la colina, me tumbé en la poca hierba que quedaba y me puse a mirar las nubes de otro aburrido día de junio.
Juan Diego 2º ESO.

GULA

Paiper, la bruja más poderosa, fue embrujada con uno de los pecados capitales: la gula. Empezó a comprar cosas, pero después empezó a formular encantamientos que le daría todo lo que quisiera y eso significaba que violó la única norma de las brujas: no utilizar la magia en beneficio personal. Entonces vinieron sus hermanas y la tuvieron que detener, pero como Paiper era la más poderosa  las tiró por los cielos, siguió comprando y comprando. En una ocasión que iba a comprar el palacio de Versalles los poderes se desvanecieron y se dio cuenta de que los ancianos le quitaron los poderes por usarlos indebidamente  se dio cuenta de lo que había hecho y lo quiso arreglar vendiendo todo lo que había comprado y el dinero que consiguió lo donó a ONGS.
Gabriel Quesada 1º ESO.

AVARICIA

Eugenio es muy egoísta. Trabaja en un banco muy importante del que ahora no recuerdo el nombre. Este banco es muy famoso porque posee mucho dinero. Eugenio es avaricioso. La paga que le dan es muy alta y cuando llega a su casa cuenta el dinero que le han dado. Si hubiera un fallo se enfadaría con su jefe y le insultaría. Eugenio es soltero.
Un día invitó a su casa a un amigo que trabajaba con él en el banco. La comida era muy pobre ya que Eugenio no malgastaba su dinero. El compañero invitado se sintió enfadado porque si Eugenio tenía mucho dinero no pasaba nada porque gastara algo en una cena buena. El amigo cogió el abrigo y se fue con el ceño fruncido. Ni comió. Eugenio se quedó solo. Por dentro no quería que su compañero se fuera pero él no tenía razón para enfadarse porque había sido un tacaño.
A la mañana siguiente, en el banco, nadie le saludó. Eso significaba que su amigo había contado lo que había hecho. El jefe quiso hablar con Eugenio y le dijo que estaba expulsado de su trabajo por esa forma de comportarse con una persona del banco cuando tenía mucho dinero.

 La avaricia rompe el saco – le dijo el director.
Eugenio se fue a su casa con la lección de que no hay que ser egoísta. Jamás encontró un trabajo que tuviera para él un puesto.
Juan Gómez 1º ESO.

Yo en mi torre de marfil, Diego Rodríguez.

Soberbia, Stanis Yaruchyk.

Un poco de todo, Samuel Castellanos.


viernes, 8 de abril de 2016

¿Sabemos vivir en soledad?

Si tuviera que quedarme con un único de libro de viajes (y para viajes) elegiría La Odisea, de Homero. Las razones podrían dar lugar a una tesis, pero me quedaré con aquella máxima que dice: lo importante no, es llegar, sino el camino en sí. Leer La Odisea es buscar nuestro Ítaca, nuestra Penélope y nuestro camino.

No sé si Odiseo (Ulises) es el primer naufrago de la literatura, pero Homero ya apuntaba, en el siglo VIII a.C. lo difícil que le resulta al ser humano estar solo. ¡Qué hubiera sido del gran héroe sin sus dioses! A la ayuda para su regreso hay que sumar la posibilidad que le brindaron de no quedarse solo y volverse loco.

Pues con esta premisa nuestros jóvenes escritores desenfundan hoy su pluma para comunicarse con el naufrago; o el naufrago con el mundo. Ellos esperan que el mensaje en la botella llegue a su destinatario.

Carta a un naufrago

Querido Cristófono, la última vez que te vi fue cuando embarcaste en el Carpathia. Pensé que no volvería a verte ya que el barco llevaba mucho tiempo moviéndose de puerto en puerto y seguramente ese transporte no iba durar mucho ese viaje. Te tomo como un pariente mío aunque eres un amigo. No sé lo que ocurrió, pero lo único que pienso es que si te comiera un tiburón se llenaría de grasa ya que eres gordito. Supongo que donde se hundió el barco el agua estaría muy fría, porque en
Imagen vista en http://goo.gl/muvP5v
medio del océano Atlántico no va a estar el agua caliente; y encima por la noche. Posiblemente te hayas muerto, así que prepararé por si acaso una tumba para que te entierren y en el ataúd tengas todo lo que te dé la gana para estar calentito. No es una burla sino que estés alegre. Puede que tu barco chocara con un iceberg al igual que el Titanic porque es muy raro que un barco se hunda a causa de un accidente y que el culpable no sea el iceberg. Pudo ser que un submarino torpedeara el vehículo. Sobrevive.
Tu amigo, Eugenio. 

Juan Gómez Villa, 1º ESO.

Carta de un naufrago

Aturdido, confundido y asustado. Así me encontraba cuando me desperté tumbado en la arena, con la ropa hecha harapos. Sentía mis fuerzas desvanecerse, mi cuerpo me estaba pasando factura después de toda la adrenalina producida horas antes. Me desmayé. 

Abrí los ojos, estaba mirando un cielo rojizo, el sol se estaba poniendo en el horizonte. Una ráfaga de viento frío me recordó que mi ropa seguía aún húmeda. Con las escasas fuerzas que me quedaban me incorporé, hice caso omiso a las náuseas que recorrían todo mi cuerpo. Debía moverme o cogería una hipotermia. Conseguí levantarme, me acerqué a la orilla y hundí la cabeza en el agua. Al momento mi cerebro se puso en marcha. Ahora recordaba todo lo que había pasado, el barco hundiéndose, el helicóptero de rescate… Muchos habían logrado salvarse, pero yo era de los pocos a los que el helicóptero no había recogido, y ahora estaba en esta isla abandonada, sin comida y sin agua dulce. Pensando en eso me empezaron a asaltar el hambre y la sed. Suerte que en el barco nos hubieron impartido un curso sobre supervivencia. Lo primero que debía hacer era buscar comida, después prendería un fuego, cocinaría los alimentos y secaría la ropa. Luego buscaría un lugar donde refugiarme. Lo primero que hice fue analizar el entorno y los materiales con los que contaba. Donde terminaba la orilla, había un bosque muy frondoso y húmedo, debía ser un bosque caribeño. Si había mucha humedad era muy probable que encontrara un manantial o un riachuelo de agua dulce. Y si era un bosque tropical debía haber frutas tropicales. Por fin, después de todo, tenía un golpe de suerte.

Me introduje en el bosque, o selva, o lo que fuese. Me puse a andar, y a unos 20 minutos encontré un árbol con fruta, cogí todo lo que pude y lo dejé en una zona despejada de árboles para cogerlo luego. Ahora tenía que encontrar agua. Eso no fue muy costoso. Encontré un riachuelo cerca de la zona donde había dejado la comida. Bebí todo lo que pude y estuve buscando ramas secas y yesca para prender fuego. Cuando encontré todo lo que necesitaba era ya de noche, pero no me costó mucho orientarme. Llegué a la zona donde estaba la comida. Me lo tomé todo. Las pocas cosas que me habían quedado en el bolsillo eran un bolígrafo, un mechero (del que pude aprovechar la piedra para hacer la hoguera) y una navaja. Puse a secar la ropa con el fuego y me dormí al lado del fuego. 

Me desperté al día siguiente, bien entrada la mañana. Y decidí escribir una carta de rescate. Corté un trozo de camiseta y escribí lo siguiente:

"Hola, si estás leyendo esto, espero que hagas caso a lo que te voy a decir. Estoy naufrago en una isla. Yo iba en un barco que estaba viajando hacia Brasil. El barco se ha hundido y no han rescatado a todo el mundo. Yo estoy en esta isla, solo, probablemente haya sido el único superviviente de los que no rescataron. Creo que estoy en una de las islas del mar del Caribe. Pero no estoy seguro. Por favor, a quien esté leyendo esto le pido que avise a los servicios de rescate y que rastreen esta zona. En cuanto vea algún helicóptero prenderé una hoguera en la playa y ellos sabrán donde estoy por el humo. Gracias y adiós".

Isaac Santín 2º ESO