martes, 31 de mayo de 2016

¿Qué te cuentas, Primavera?

Los árboles florecidos, el sol agradable, los días más largos... Las lluvias torrenciales, la alergia pegajosa, los exámenes finales...

La primavera es la estación que mejor se adapta al dicho de "nunca llueve a gusto de todos", porque ni ella misma se aclara. Quizá por eso ha sido la musa de muchos románticos. A saber qué contaría el amor si hablase. Locuras, como la primavera, seguramente.

El caso es que en Camina y Escribe le hemos cogido el gusto a esto de los concursos de Libripedia y nuestros alumnos han vuelto ha dejado su versión más reducida y creativa de la primavera. Y a ti, ¿qué te dice la Primavera?

LA FLOR SIN FLORECER
El sol, como todos los días, iba despertando a las flores. Pero tenía especial cariño a una flor llamada Groenilda: una flor negra con la que nadie quería estar, pues vivía en un monte de hierba marchita. El sol, por pena, le estuvo dando una atención especial; y un día, el sol, al ir despertando, vio que Groenilda había florecido. Ella le dio las gracias al sol y a los dos años se casaron.
Gabriel Quesada Lobo (1º ESO)

LA PRIMAVERA
Fijé la vista en el horizonte, cogí a mi caballo de las crines y monté. Cabalgué cabizbajo pensando en este destierro tan injusto. No me lo podía creer, desterrado de mi país, de las mentes de mis familiares… De repente vi a una flor y no desesperé, porque era la primavera
Borja Luengo (2º ESO)

MI PRIMAVERA HORRIBLE
Estaba contemplando el campo de flores que mi abuelo tenía en su cabaña del lago.En este lago había muchos patos porque era primavera,en este tiempo mi familia llegaba de Venezuela. Mi abuelo tenía 99 años y cuidaba de mí. Una noche, cuando estaba durmiendo, escuché que alguien se caía al lago. Salí y me encontré al abuelo, que se había caído al lago. Murió el abuelo y me quedé solo.
David González (2º ESO)

LA PRIMAVERA
Veía salir a una joven de la universidad. Siempre esperaba con la esperanza de conocerla, pero nunca aparecía. Un día la vi salir por la puerta trasera. Corriendo tras ella, le pregunté su nombre, y ella triste se fue corriendo hasta llegar a un bosque primaveral. Iba tras ella, cuando llegué me contó que este mismo bosque lo había plantado su abuelo y que lo iban a talar. 
Stanislav Yaruchyk (1º ESO)

RECUERDOS DE LA PRIMAVERA
La primavera es aquella época en la que la Tierra se llena de vitalidad, en la que todo florece. Florecen los que alientan, florecen sus espíritus y sus emociones. En primavera, el ser humano sufre un nuevo cambio. La mente se llena de buenas intenciones, el corazón de amor, los sentidos se revitalizan ante mejores sensaciones… aun no sentidas tras los cortes de las espadas.
Samuel Castellanos (2º ESO)

LA PRIMAVERA DE UN REFUGIADO
20 de marzo de 2016. Dadaab, campo de refugiados sirios. Hay tres mil personas. Yo soy una de ellas. Tengo 13 años, aunque aquí la edad no importa. Llegué hace tres meses, pero salí de mi país natal hace poco menos de un año, en plena primavera. Ya, a estas fechas se empieza a notar la primavera, lo que me hace recordar muy malos momentos. Ahora, en sitios desarrollados del mundo los niños como yo pueden disfrutar del sol, las flores, la cálida temperatura... y yo aquí, luchando por no morir
Isaac Santín (2º ESO)

FLORES EN EL AGUA
Lanzó la última flor que le quedaba al mar. Era el primer día de primavera en la ciudad de Gijón. Para ella no era nada porque nada le quedaba. La gripe se llevó a su marido y sus hijos habían emigrado a América hacía ya un día. Las lágrimas rodaban por su blanca tez y el viento agitaba sus claros cabellos. Estaba sola, la soledad la invadía aislándola del mundo. Miró al horizonte, ya nunca volvería a ser bello para ella.
Juan Diego (2º ESO)
  
LA PRIMAVERA ES BELLA COMO EL HIELO
Hoy es un día triste. Por la mañana, las flores declaraban sonrisas, y el sol repartía alegría generoso. Los pájaros no cesaban en su melodiosa tertulia, y el cielo luchaba por revelarse cada vez en un tono más agradable. El estridente sonido de un molesto objeto interrumpió aquel idílico ensueño. Mi madre había fallecido en un accidente. Todo el mundo se vino abajo. Pero las flores seguían declarando sonrisas,el sol repartía alegría, y todo brillaba, de una forma insoportablemente egoísta. La primavera tenía la belleza del hielo. Una belleza pura, pero lejana.
Diego Rodríguez Atencia (4º ESO)

CUANDO SENTÍ LA PRIMAVERA
Todavía no hay estación que altere mi sangre, menos la que para en tu portal. Los recuerdos de entonces desfilan como fotografías sueltas entre los álbumes de mi infancia. Te quise ver, pero te admiré. Te quise oír, pero te sentí. Te quise oler, pero te inhalé. Te quise acariciar, pero te manoseé. Te quise degustar, pero te devoré. Te quise, pero te amé. Y ese fue el error más grande. 

miércoles, 11 de mayo de 2016

¿Te cuento cinco líneas?

Si bien es cierto que Twitter ha puesto de moda la comunicación llevada a la mínima expresión (máxime en 140 caracteres), nosotros queríamos recuperar ese género mal aprovechado y olvidado del microrrelato. También es verdad que el hecho de que haya un concurso de por medio, anima a los alumnos.

Desde Libripedia planteaban el reto de, en cinco líneas, y usando necesariamente la palabra libro, contar una historia. Buscamos ayuda en Literautas y nos pusimos manos al papel.

Ya avanzo que no van a leer aquí al ganador, pero sí podemos celebrar que todos ellos aparecerán en un libro que recoge 800 microrrelatos de los más de 1100 presentados. Enhorabuena a nuestros chicos.

No hay nada imposible para quien sabe esperar
Luisito está esperando un libro que pidió por una página web de Internet. Han,. pasado dos semanas desde que lo pidió y está harto de esperar. Su madre le dice que no hay nada imposible para alguien que sabe esperar. Luisito se lo piensa y afirma que su madre tiene razón. Al día siguiente cuando vuelve a su casa el libro que pidió estaba encima de su cama.
Juan Gómez Villa (1º ESO)

EL MAGO PUNSETE
En el bosque Encantado, al lado del la cascada Trans, había una casa de madera con forma de seta donde vivía un mago llamado Punsete. Le encantaban los libros, tanto, que creó un libro mágico llamado Estrontua , todo el mundo lo quería. Pero lo que Punsete no sabía era que le matarían por ello, y un día pasó entraron a su casa y le robaron el libro pero antes de ello mataron a Punsete.
Gabriel Quesada Lobo (1º ESO)

Mi Diario Corto
Hola diario es de noche y estoy oyendo ruidos y tengo miedo y quisiera que se pare el ruido. Estoy bajando por las escaleras y he llegado a la cocina y he encontrado un bicho raro. Me estoy acercando a él y al parecer no es amistoso. Ahora me viene a atacar. Huyo y huyo y al final me ha pillado así que esto es un adiós y me va a matar así que quería que esto fuera un despido. Quiero que sepáis que es una broma.
Fernando García (2º ESO)

Una gran tarde
Yo quería ir al cumple de mi hermana pero tenía que estar en casa, aburrido, cuidando de mi primo pequeño. La tarde pasaba, el reloj emitía su tic-tac, y yo solo tenía un pedazo de pan y un polvoriento libro en lo alto de la estantería. Creía que sería la peor tarde de mi vida, pero me subí a una silla, cogí el libro y entré en un mundo lleno de diversión y entretenimiento. Fue mi mejor tarde.
Juan Gorgojo (2º ESO)

La Noche
No me acordaba de lo que había soñado, pero sabía que tenía algo que ver con mis padres. Al lado vi mi libro favorito, La ladrona de libros. De repente me acordé de mi sueño y me puse a llorar. Me volví a dormir pensando en lo mal que lo pasó la ladrona y en lo mucho que la querían sus padres. Agarré el trozo de cartón, buscando otro sitio donde pasar la noche. Esa noche no tuve más sueños.
Borja Luengo (2º ESO)

Patrimonio hundido
Con todas mis fuerzas me aferré a esa tabla. Me dijeron una vez que había una misión para cada uno y hasta que no se cumplía, no se moría. Quizá por eso me aferraba a aquella tabla con tanta fuerza. Nadé, me hundí, me golpeé. Nada servía. Sabía que no podía volver al barco porque solo me esperaba la muerte. Vi cómo se hundían todos los libros del navío, y yo no podía hacer nada.
Juan Diego (2º ESO)

Piensa en los pasos
La escritura de un libro es algo complejo. Aquel que desea crear un buen relato debe reflexionar sobre el momento, ya sea al principio de nuestra vida o el primer viaje a Saturno. Debería describir un paisaje, cálido y alegre o frío y triste; un gran personaje, ambicioso o humilde con su gran historia. Pero sobre todo, pensar en el mensaje que deseas transmitir a tus ansiados lectores.
Samuel Castellanos (2º ESO)

EN LA OSCURIDAD...
Es curioso, cuando todas las luces se apagan y no ves nada. Ni el techo, ni la cama en la que estás recostado, ni la puerta de tu habitación… ni el libro que estás leyendo. Cuando te vas a dormir tu imaginación despierta, y la dejas volar por encima del techo que no ves. Después cierras los ojos y te duermes.
Isaac Santín (2º ESO)

El libro de los desastres
En una cabaña en los Alpes Franceses, había un niño con un libro muy conocido: Viaje al centro de la Tierra. Entonces entró su padre en la casa y le dio al niño un libro. En él había una nota que decía “no abrir este libro”. El niño abrió el libro, pero solo había dibujos. Esos dibujos representaban el fin del mundo. En ese instante los Alpes se fueron hacia el centro de la Tierra. 
David González (2º ESO)

Erik, el buscador de trabajo
Una mañana Erik se sobresaltó al abrir el correo y ver que le habían despedido. Buscó horas tras horas en páginas webs buscando un trabajo. No encontró nada y acudió a su madre a pedirle consejo, ella le dijo que escribiera un libro, y, eso fue lo que hizo. Días después, mientras estaba fregando le llamaron y le contrataron gracias al libro que había escrito con gran ilusión.
Diego Martínez (4º ESO)

EL REGALO
Iba caminando hacia la la plaza para reunirme con mi mujer. Vi en un quiosco una revista que quería comprar. Tenía dinero justo para comprarla, pero antes de comprarla vi a unos niños llorando a su madre para comprarles un libro, pero ella era pobre y no podía comprárselo. Se lo compré orgulloso. Me dio las gracias con lágrimas en los ojos y me marché.
Stanislav Yaruchyk (2º ESO)

domingo, 8 de mayo de 2016

¿Quiénes son los buenos?

Siempre me ha llamado la atención como funciona nuestro cerebro con los prejuicios. Asociamos unas palabras con otras en menos de un segundo. Nuestra cultura, nuestra historia y nuestra tradición se encargan de esta ligera conexión entre neuronas. Para nuestros escritores, por ejemplo, la palabra protagonista les lleva a pensar en "el bueno". 

Pues bien, en esta ocasión, les hemos propuesto que se pongan en la piel de unos ladrones. Desde el programa de radio on-line El Golpe, nos hemos acercado al robo del tren correo de Glasgow a Londres, que tuvo lugar un 8 de agosto de 1963. Aunque alguno ha decidido contar parte de la historia desde el punto de vista de la policía, a muchos les ha atraído ponerse en la piel de "los malos".

EL DINERO DE MI JUBILACIÓN
Paseaba bajo la tarde calurosa de Glasgow. Necesitaba relajarme. Cogí la pipa de mi chaquetón azul y la encendí. Me dirigía hacia mi casa. Un policía viejo y experimentado que solo buscaba tranquilidad. Sin embargo me tenía que jorobar e irme a Londres a resolver un tostón de caso. Significaban días y semanas más antes de encontrar la plácida vida del jubilado. Subí a casa y recogí mi maleta. Eran las dos y tenía tiempo hasta las cinco. Cogí el coche oficial y fui a la oficina. Marilyn ya se iba. A mí parecer siempre fue una secretaria joven e inexperta. Revisé los papeles para meterlos luego en mi bolsa de trabajo. Me mesé la barba canosa, todavía impresionado. Habían robado el tren correo Glasgow-Londres, consiguiendo así más de 2.6 millones de libras. Y yo tenía que ir allí a retrasar mi jubilación y meterme en una investigación complicada.
Juan Diego (2º ESO)

EL ROBO AL TREN DE GLASGOW
El gran tren de correos circulaba como un toro furioso a través del gran mar verde bañado por el tímido sol del amanecer de un nuevo día de 1963. Todavía no sabía cómo subiría. Su coche sólo había podido alcanzar la parte trasera, de milagro.En cuanto pudo, Craig divisó una puerta abierta por la que entró tras un peligroso salto.
- ¿John?
- ¿Craig? ¿Qué haces aquí? Creía que seguías en la cárcel en la que te dejé.
En aquel momento, unos pasos rápidos sonaron tras la puerta.
- El cartero me dijo que habría casi tres millones de libras, por eso he venido -dijo Craig.
- Los tengo, vámonos.
Se marcharon, seguidos de cerca por la policía, llegando a la puerta trasera. Tenían que salir, pero se podían matar en el intento.
John salió corriendo hasta el principio del pequeño vagón del cual soltó el enganche.
Cuando se quedaron totalmente solos, se repartieron el tesoro y marchó cada uno por su camino hasta que el destino les volviese a juntar.
Samuel Castellanos (2º ESO)

UN ROBO POR AMOR
Compré un billete. Recién impreso, se veían las letras "Shawn Frost". Sí, ese era mi nombre. Estaba impaciente por reunirme con la banda a las 12:00 de la noche y robar el tren de correo de Londres a Glasgow. Me fui a mi compartimento donde me encontré a una doncella. Era la mujer más guapa que había visto en mi vida. Al segundo me enamoré. Pero luego, me di cuenta de que no era mi compartimento. Avergonzado y a la vez confundido, me presenté y le di las buenas tardes. Antes de fingir que me iba a dormir escuché un ruido. Pensé que se habían adelantado así que salí por la ventana y vi a la doncella junto al grupo, y robé el tren sacando dinero para poder casarme con la doncella y tener una familia.
Stanislav Yaruchyk (1º ESO)


LA OTRA HISTORIA DEL ROBO AL TREN DE GLASGOW
Fotografía NBC NEWS
En 1963, el fugitivo más buscado de Londres, Frensua Gispognó, se disponía a asaltar el tren correo Londres-Glasgow que llevaba más de dos millones de libras. Pensó que con ese dineral podría solucionar todas sus deudas; pero antes tenía que coger un medio de transporte para alcanzar el tren en marcha ya que si se montaba como pasajero, le hurgarían en el equipaje para saber si llevaba armas y el plan se iría a la mierda. Pensó en coger una motocicleta y ya después se apañaría. Llegando a la altura del tren, por la parte inferior apoyó un pie con dificultad y se impulsó hasta el 
vagón. Cayó de tal manera que pudo observar cómo su motocicleta explotaba por el impacto. Al entrar respiró profundamente, para que los pasajeros no se extrañasen. Para acceder al vagón donde estaba el dinero tenía que pasar antes por cuatro vagones: el vagón restaurante, seguido del vagón hotel; el tercero era una especie de mirador y por último el vagón donde estaban los servicios. Después, el vagón con la caja fuerte. En el primer vagón, un camarero de lo más fisgón me preguntó en qué compartimento me alojaba, ya que no me había visto al poner en marcha el tren. Me hice el sueco a ver si pasaba de mí, pero me amenazó con llamar a la policía. Entonces me fijé y todo el mundo se fue porque ya era muy tarde y aproveché la ocasión para saltar la barra, coger un cuchillo y clavárselo en la cabeza. Después, le corté las manos y por último la cabeza. Al llegar a la puerta brindada colocó la bomba que ya tenía preparada. Tras la explosión cogió el dinero y saltó del tren, pero antes puso unas bombas en todos los compartimentos. Al saltar se giró, accionó la bomba y vio como el tren explotaba. 
Gabriel Quesada Lobo (1º ESO)

EL ROBO AL TREN DE GLASGOW
Bigs, Ronnie Bigs, ese era mi nombre profesional; ya nadie que escuche mi nombre quiere hablarme por lo que mi nuevo nombre fue John.  
Todo comenzó con mi amigo Bruzt, un alto tipo ruso de 35 años alguien que no temía a nada. Estábamos en una estación de tren visitando una cafetería para ver a la joven y apuesta camarera, a los dos nos interesaba solo que ella tenía novio.
Tras varios y fallos intentos de ligue nos sentamos en un banco a almorzar, escuchábamos la radio (aunque con dificultad porque había interferencias en la señal). Y observábamos los numerosos trenes que pasaban por la estación cargados de nueva gente que salía a trabajar. Teníamos suerte, nuestro trabajo era robar casas y ese tipo de cosas. Nos iba bien, teníamos muchos recursos económicos y no queríamos ser como la gente normal que se dedicaba a trabajar durante todo el día para apenas ganar dinero.
Pero no éramos felices, queríamos robar algo muy grande, algo como un banco. ¿Por qué no? Nadie nos iba a pillar, teníamos experiencia y ganaríamos muchísimo dinero.
El problema fue que al estar en guerra con los países del sur habían cerrado todos los bancos. ¿Qué haríamos? Acabamos robando al tren Glasgow. Una épica aventura arriesgándose a toda clase de peligros, sintiendo adrenalina y enfrentándose a toda clase de posibilidades de error. He tenido suerte, no todos la tienen. He salido ganando, pero no todos lo consiguen. He salido sin levantar sospechas, pero otros si las levantan. Hoy no estoy arrepentido de haber hecho lo que he hecho. Quién sabe. ¿Lo volveré a hacer?
Juan Gorgojo (2º ESO)

UNA VIGILANCIA ACCIDENTADA
Estábamos en el tren vigilando que no lo asaltaran, porque el tren iba cargado de dinero. De momento iba todo perfecto, bromeamos entre nosotros. Era una noche de luna nueva y muy oscura. Íbamos por una especie de pasadizos oscuros.
¡BOOM!
De repente oí un ruido en el tren como si alguien hubiera subido, pero otra vez lo oí y así unas cuantas veces en diferentes sitios.
Fui a llamar a mis compañeros, pero no se lo creían. Tuve que insistir bastante hasta que vinieron conmigo. Nos distribuimos en grupos de tres personas, mi grupo y yo oímos un tiroteo. Fuimos en busca de ese sonido. Pero cuando fuimos a ver era demasiado tarde, todas las cajas fuertes estaban vacías.
Llegué a ver el rostro de uno de los ladrones y lo seguí, llegaba a una de las puertas de emergencias del tren y ¡NO!, habían saltado del tren.
Alejandro Meca Hernández (1º ESO)