miércoles, 26 de abril de 2017

El Guernica tiene historia

80 años han pasado ya de aquel cuadro, reflejo mayúsculo del bombardeo sobre Guernica. La historia, la conocemos todos. Las consecuencias, las sufrimos todos. Hoy, nuestros humildes escritores traen a la memoria en palabras lo que Picasso transmitió en imágenes. 

DIARIO DE ALICIA MONTALBÁN
Guernica
Guernica. 25 de abril de 1937.
Estamos en plena guerra civil. El miedo se huele en cada esquina, la gente duerme sin saber si al día siguiente se volverá a despertar. Los niños no pueden salir a jugar a la calle por miedo a morir. Las tropas franquistas se están acercando a Vizcaya. La gente lleva toda la semana aterrorizada, muchos morirán, los que corran suerte, vivirán.
26 de abril de 1937.
Como cualquier otro día, amanece con un gran sol imponente. Los  pequeños haces de luz se cuelan por la ventana de mi habitación. Abro los ojos y veo que en la mesita de noche hay una bandeja perfectamente preparada con un ominoso desayuno. En la bandeja se encontraba un plato con tostadas untadas en mermelada y mantequilla, una humeante taza de café con leche, un vaso de zumo de naranja y una nota, en la que se leía:
Hija, espero que te encuentres bien, que se te hayan pasado los dolores, he tenido que salir a comprar una cosa urgentemente. Te dejo el desayuno listo,
Te quiere,
Mamá.
El día transcurrió como siempre, hasta que una vez pasado el mediodía, empecé a oír un ruido ensordecedor, miré por la ventana y vi pasar unos aviones. De los aviones se desprendieron unos objetos metálicos de tamaño descomunal, eran bombas. Cayeron en el pueblo, la gente corría desesperada. Oí el primer bombazo en la lejanía, volví a mirar por la ventana y lo vi, la ciudad estaba en llamas. Huí despavorida. La segunda explosión, se estaba acercando, sabía que si no escavaba rápido, quizás no llegaría al día de mañana. En un par de minutos conseguí dejar atrás la ciudad, por precaución seguí corriendo unos cientos de metros para estar segura de llegar a salvo. Cuando creía estar segura, sucedió: un edificio salió volando, y me dejó esta herida de guerra que llevo conmigo.
26 de abril de 1967
Aun habiendo pasado treinta años del accidente que me dejó esta herida en la cadera derecha, cada vez se propaga más. Se extiende a través de mi pierna, creando la ilusión de una extensa telaraña de venas negras. A ratos me duele, tengo que tomarme un analgésico muy fuerte. Me gusta tomarlos con una buena copa de vino blanco. Mi jefe me dice que es insalubre, pero me da igual, solo eso es capaz de calmarme el dolor de la pierna. Tengo esta cicatriz que espanta a todos mis amantes, los intimida y se van corriendo y todo por culpa de las tropas franquistas y su estúpida guerra, solo por tener el control de España. Hay que ser tonto para hacer que un país pase miserias solo por tal tontería. El recuerdo de Guernica lo llevaré siempre en el corazón.
José Jesús Benítez (1º ESO)

PURO ARTE
Estaba allí. Solo. Delante de mí estaba aquel famoso cuadro. 80 años hacía que un pintor, con sus lágrimas, esfuerzo y sudor hubiera pintado aquel lienzo que llegaba hasta lo más hondo de cualquier persona que lo miraba. Arte. Esa era la mejor descripción de una simple pintura que traspasaba corazones y almas. Es increíble lo que el ingenio humano puede hacer: 3 años de trabajo eran pocos comparados con los que se habían  necesitado - y se seguirían necesitando – para llorar amargamente delante de aquella perfección y a la vez profundo tormento plasmado un día por un auténtico genio. Seguía allí. Seguía solo. Pero ahora tenía delante aquel empapado pañuelo. Había sido imposible luchar contra el dolor. Mis lágrimas también se habían derramado. Puro arte.
“No solo Málaga, no solo España, toda la humanidad agradece a Picasso sus magníficas pinceladas que han pasado a la historia”.
Veo una gran bomba a punto de caer. Lo mejor que puedo hacer esconderme bajo mi cama…
La bomba ya ha explotado, creo que ha caído encima de la catedral. Tengo mucho miedo. No tengo a nadie para que pueda protegerme.
Hay mucho humo, y sobre todo mucha gente muerta.
Ya he salido, ha pasado todo, eso espero… Los escombros de los tejados, la gente muerta, todo, todas estas cosas me gustaría olvidarlas, y volver a la vida cotidiana. No puedo escribir más, nos vemos mañana.
Pablo Ruiz Picasso 

Gabriel Pérez-Miranda Mata (1º ESO)

MI GUERRA, MI GUERNICA
Me llamo María, vivo en Vizcaya. Tengo nueve hermanos y yo soy la más pequeña. Estamos en plena guerra civil. La guerra es oscura y fría, fría como la muerte. La gente ya no sonríe, no tienen ninguna expresión en la cara y sus ojos están ya vacíos. Ahora la gente está cenando con lo único que queda: un poco de pan duro, unas gachas, y de postre nos tenemos que conformar con leche de cabra, daría lo que fuera por tomar un pan con mantequilla y una buena galleta de avena: tan dulce como el amor de mi madre. Nos vamos a dormir, no sé porque pero a las tres de la madrugada me siento sola, y salgo de casa para respirar aire puro. A lo lejos puedo divisar unos aviones. Me quedo petrificada, mis pies descalzos se han quedado de piedra y veo como unos puntitos van cayendo por el aire helado… y forman grandes explosiones de rojos colores, son grandes bombas franquistas. Salgo corriendo y noto como una fuerza me impulsa hacia delante y se me nubla la vista.
El aire frío de la mañana me despierta y salgo corriendo a mi casa, ahora solo quedan escombros y no encuentro a mi familia, ni un rastro, nada de nada. Me pongo a llorar, y no dejo de pensar que fuí una tonta al salir de casa. ¿¡y yo que sabía!? Después de unos meses un tal Picasso dibujó esa imagen que tengo en la cabeza tan olvidada ya, y me pregunto si aquel extraño pintor estuvo ahí, así él podría consolarme y darme fuerzas para afrontar esta estúpida guerra, que te arranca el corazón.
Han pasado ya muchos años y estoy delante de ese cuadro, que ya es tan conocido. Algunos lo llaman arte, otros, maestría. Pero yo lo único que veo es una ventana donde se ve mi guerra, mi Guernica.
Pablo Jiménez Alonso (1º ESO)

MI GUERNICA
"26 de abril de 1937.
Veo una gran bomba a punto de caer. Lo mejor que puedo hacer esconderme bajo mi cama…
La bomba ya ha explotado, creo que ha caído encima de la catedral. Tengo mucho miedo. No tengo a nadie para que pueda protegerme. Hay mucho humo, y sobre todo mucha gente muerta. Ya he salido, ha pasado todo, eso espero… Los escombros de los tejados, la gente muerta, todo, todas estas cosas me gustaría olvidarlas, y volver a la vida cotidiana. No puedo escribir más, nos vemos mañana. Pablo Ruiz Picasso".
Gonzalo Daniel Sánchez Ruiz (1º ESO)