lunes, 30 de octubre de 2017

Mi yo futuro

Para un momento. ¿Hace cuánto que no preguntas por tu "yo futuro"? ¿Qué quieres que ocurra con tu vida dentro de 5, 10, 15 años? Los alumnos han vuelto a la vida creativa con ganas renovadas y un sentido de su porvenir muy profundo.

CURIOSA VISITA
Iba caminando al lado de unos acantilados. Iba solo. El cielo estaba nublado. De repente, vi algo alto con una placa rectangular al final entre unos matorrales. La destapé. Era parecida a las señales de tráfico. Sobre fondo amarillo había escrito en mayúsculas y en negro: “VIAJE A DENTRO DE 10 AÑOS”. Unos metros más allá encontré una puerta en la roca que daba a unas oscuras escaleras. Según bajé el primer escalón, aparecí en Madrid, en mi casa. Todo había cambiado un poco, no mucho. Iba a llamar al timbre pero se me adelantó a la hora de abrir un chico alto y moreno. Me dijo que esperaba mi visita y que era mi yo del futuro. Me dijo que el ya había pasado por ese momento en su vida y por eso sabía que iba a venir. Solo tenía que darme un aviso y volvería a mi tiempo. Tenía que pasar por una grave enfermedad para luego volver a ser más fuerte. Me dijo que para pasar con alegría esos días me iba a dar un regalo. Luego me llevó por unas escaleras donde volví a aparecer de donde había salido. Metí la mano en el bolsillo para coger el regalo. Encontré un rollo de papel que al abrirlo era interminable y un lápiz que nunca se acababa. De repente me desmayé. Desperté en una ambulancia.
Juan Diego Pérez-Miranda (4º ESO)

MI VIAJE AL FUTURO
Caminaba por el Sahara desesperado por llegar al oasis que siempre quise ver. Hace ya días que había dejado el pueblo atrás, con mi familia y amigos. Lo peor de todo es que se me habían acabado las provisiones y me moría de hambre y sed. Me estaba adentrando en una tormenta de arena. La verdad es que lo único que quería era volver atrás con mi familia, pero ya era tarde para dar media vuelta. Vi a lo lejos una cactus que estaba medio cortado y donde había una señal tapada. Me acerque y la destape y ponía : “He aquí el camino que te llevará a dentro de 10 años…” Segundos después aparecí en la entrada de una casa extraña.  Se abrió la puerta y salió un hombre con barba que me fue a dar un abrazo. Yo no comprendía nada me dio un anillo y desapareció. Momentos después empecé a caminar y me di cuenta que había salido de la tormenta. ¡Estaba en la pueblo! Me estaba esperando mi novia, con mi familia, amigos, todos preocupados por mi. En ese mismo momento me di cuenta quien era ese hombre y porque me dio el anillo.





Stanis Yaruchyk (3º ESO)

DIEZ AÑOS DESPUÉS
Mientras bajaba por el monte me fijé que en el pueblo no había ruido. Llegué a un camino y me puse a andar con más prisa ya que estaba atardeciendo. Cerca de la senda había una señal. Delante de esta se hallaba un matorral. Distinguí un movimiento en este. La intriga me invadió y aparté sin cuidado las hojas. Un gato salió de un salto dándome un susto. En el poste abajo estaba escrito: “Diez años después". Una luz naranja rodeó el paisaje y luego la luz se fue. Muchas cosas habían cambiado. La tierra no estaba en buenas condiciones para poder cultivar algo. Anduve hasta llegar a la entrada. Un hombre adulto de treinta años cruzó la calle a la vez que aparecía un coche. Este aceleró y se llevó al hombre de calle. Salí corriendo porque supuse que la siguiente víctima sería yo. Entré en una casa y delante había un hombre parecidísimo a mí. Era yo. Hablé y salí de aquel pueblo tan cambiado. Al darme la vuelta hubo una explosión en la casa de yo. El columpio se derrumbó y el tobogán se puso a volar y cayó sobre mí. Papilla.
Juan Gómez Villa (3º ESO)

CAMINANDO SE  EMPIEZA
Recorrí aquel camino pensando que nada podía ir mal. Hacía un día espléndido y el sol me saludaba con un cálido abrazo que me envolvía y me daba tranquilidad. Mis pasos dibujaban un rumbo. Terminó  en  un verde campo resguardado bajo las sombras de unas viejas encinas escoltadas por densos matorrales en uno de los cuales, al recostarme, pude entrever un papel…
En aquel momento me encontré ante un la puerta de un piso en la que había un chico de unos veinticinco años. Tras su invitación, entré en aquel apartamento que resultó ser para estudiantes de la Academia General. Hablando con él, me contó que habían pasado diez años desde que encontró un folleto como el mío. No me dijo su nombre pero sí que buscase…
No estoy convencido de si esta historia es real, y mucho menos  de que la creas, pero te aseguro que conservo dos folletos que me hicieron ver que en diez años podría vivir tranquilo y rodeado mi gente.
Samuel Castellanos Tamayo (4º ESO)

¿QUÉ TENGO EN EL BOLSILLO?
Volví a casa pensando que todo había sido un sueño . Mientras pensaba yo estas cosas metí la mano en el bolsillo y noté que había algo de forma ovalada.
¿Qué podría ser pensé yo? Mi mente empezó a dar vueltas pensando lo que podría ser aquello.
Tal vez era un utensilio para viajar en el tiempo
O un huevo de dragón
O un robot camuflado
O una granada
O una bombilla inalámbrica
O un huevo de alienigena
O una cámara de vídeo camuflada
O una bola de navidad
O la parte de arriba de una maraca
Metí  la mano lentamente  curioso por lo que pudiera ser lo miré era un simple huevo de gallina hasta tenía el sello de la fábrica (laboratorios 2.0 huevos de gallina de la marca Huevería González 444333222)
Yago Reyero Martín (2º ESO)

EL ANILLO
…De repente, volví mágicamente a mi casa, cuando me senté a reflexionar sobre lo que había pasado. Noté en el bolsillo derecho un objeto chiquitito. Cuando lo saqué me di cuenta de que no fue un sueño, que verdaderamente había hablado con mi yo futuro.
El objeto que me dejó en el bolsillo era un anillo de compromiso. Ese anillo hizo que pensase qué se debe luchar por lo que más quieres. 10 años después gracias a aquella conversación, me casé y tuve hijos.
Firmado:
Tu yo de dentro de 10 años.
Lo dejé en el camino donde conocí a mi yo futuro con un anillo incluido.
David González (4º ESO)

REGRESO AL FUTURO
Eran las doce de las noche, cuando de repente sonó algo muy extraño. Era como una alarma que venía del bolsillo de mi pantalón. Perdón , antes de nada os voy a contar la experiencia que había vivido ese mismo día. Me levanté por la mañana con mucho entusiasmo, porque ese día iba a ir de excursión con el colegio al monte. Cuando llegamos, fuimos por una ruta corriendo. Pero hubo un momento que me cansé, y tuve que parar a descansar. Pero escogí mal la decisión, porque cuando ya recuperé todas las fuerzas, el colegio se había esfumado. Mire a mi alrededor, para ver si los veía, pero lo único que ví fue un arbusto. Exploré a través del arbusto, y me encontré con una señal que ponía “Al 2027”, decidí seguir la señal. Cuando llegué, me quedé sorprendido porque tenía ante mí una ciudad grandiosa y en el cielo se veían automóviles. Y os preguntaréis porqué decidí seguir la señal, pues porque quería conocer a mi yo futuro y ver mi casa del futuro. Cuando conseguí llegar mediante indicaciones de la gente, llamé a la puerta. Quien me recibió, fue un hombre de unos 30 años, barba´ojos marrones y tenía un periódico en la mano. Yo deducí que era  mi yo del futuro, así le conté paso a paso todo lo que me había pasado. Cuando terminé la historia, mi yo del futuro me dijo que lo sabía todo, porque él también lo vivió. Después de hablar durante una hora, llegó la hora de la despedida y mi yo del futuro me metió algo extraño en el bolsillo . Cuando metí la mano en el bolsillo, me encontré con un sobre y dentro había una carta que yo había escrito hace cinco años para mi yo futuro.
Diego Rojas Romero, (2º ESO)
¿QUIÉN SOY YO?
Me encaminaba  por la senda hacia mi objetivo, un paraíso que flirtea con la utopía. Verdes praderas colindando con montañas níveas y cervatillos correteando por la arboleda. Un lago cristalino en el centro de la pradera refrescaba el ambiente de mi destino.
Súbitamente  vi una señal a medio esconder, como si el que la hubiese intentado esconder lo hubiese hecho deprisa y de malas maneras, que daba a otro camino. Aparté el matorral y vi que la señal decía “un viaje de diez años”. Me picó la curiosidad y me adentré en el camino. Al principio parecía que iba a ser corto el camino pero anduve hasta que perdí la noción del tiempo. De pronto llegué a una chabola. Intenté llamar a la puerta pero en cuanto la rocé se cayó. Salió un señor por la puerta y en cuanto me vió la cara se le llenaron los ojos de lágrimas. Me hizo pasar y me dijo que era yo. No le creí pero me dio una cosa que me hizo salir de allí como alma que lleva el diablo. Corrí hasta llegar al matorral y vi con precisión lo que me había dado. Era el reloj de mi difunto padre que le había quitado yo de su cadáver. Lo tiré a la carretera y me fui como si nada a mi destino.
Borja  Luengo Molero (4º ESO)

LA LLAVE
-¿Qué tengo en mi bolsillo?- muchos conocen esa famosa frase que aquel curioso hobbit  se preguntó una vez, pero no se la suele preguntar uno. Yo me la pregunté aquel día.
Sin más dilación saqué ese objeto de mi bolsillo, pero me extrañé al ver que lo único que había era una simple cajita de madera. No tenía nada de especial. La abrí ansioso por ver un futurístico artilugio que me hiciera flotar o algo por el estilo, pero lo que vi me dejó más que sorprendido. Una llave, una llave es lo que había dentro de la caja, tenía también una inscripción decía así: si me abres en buena puerta te llevaré a donde más desees
Continué caminando hasta el final del camino pero esta vez había algo que no lo había antes… Una puerta.
Juan Ros Díaz (2º ESO)

CAMINO DE LOS DIEZ AÑOS (MERLÍN)
Cuando me encontré a mi otro yo hablamos del futuro que iba a tener pasados diez años.
De lo  primero que hablamos fue sobre si era bueno o malo, y si tenía educación o no.
Me dijo que sí. Cuando me lo dijo me puse muy contento.
Mi yo futuro me preguntó mi pasado y le conté mi historia: “cuando te adoptaron, estuviste en varios colegios: el colegio Madrigal, colegio salvador Dalí; colegio Carlos Cano; y por último y mi preferido, el colegio ANDEL Centro Educativo.
Cuando nos despedimos, sentía algo en el bolsillo. Era una luz muy brillante en la punta de un bastón con un poder intensivo. Era el báculo de Merlin, un poderoso bastón para derrotar el mal y vencer a los males que hay en el mundo
Me sentí muy contento al recibir ese artilugio
Diego Fuertes Casado (4º ESO)