19. 03. 3042
De la floristería de enfrente, sale una larga fila de personas con grandes
sonrisas impresas en sus caras, charlando animadamente. La felicidad se
encuentra patente en el ambiente y las únicas palabras que se distinguen
denotan alegría y entusiasmo ante la idea del final de la más aterradora y
devastadora de las guerras.
David García Roca, 3º ESO
EL RECUERDO
19 de Marzo de 2035
Era una mañana calurosa,
(pues desde hace diez años vivíamos en un verano continuo por culpa del
calentamiento global) más de lo normal, al mirar por la ventana pude ver como
ya no quedaba en pie ni un solo árbol, el suelo era de piedra llena de polvo
que nadie se molestaba en limpiar… nadie, ese es el problema ya no quedaba
nadie, por lo menos en esta parte del mundo. Al cerrar la cortina para que el
sol abrasador no pasara por la ventana, me fui a empezar mi rutina diaria; me
vestí y me tape cara y cabeza para sobrellevar mejor el calor y el polvo de la
calle. Una vez ya en la calle me dirigí a un edificio donde años atrás habían
hecho unos conductos subterráneos que comunicaban toda la ciudad, como unos
túneles de metro, todos los días hacía ese recorrido pero hoy lo hacía con más alegría.
Que tonto parece verdad,
vivo en una ciudad vacía en medio de un apocalipsis y estoy alegre, lo que
estoy es loco, pero si os soy sincero os he mentido, no todo el mundo se ha
ido, me queda una persona que no me ha dejado solo en estos años.
Caminé durante un buen
rato hasta llegar a una pared donde había unas escaleras en la pared, al
subirlas dí a una explanada seca como todas, llenas de lápidas rotas por el
calor, una persona normal se hubiera perdido pero yo sabía a dónde iba, me
detuve frente a una lápida que rezaba: “aquí yace Emilio un buen marido pero
sobre todo buen padre”.
Hoy era el dia del
padre, hacía cuatro años que había muerto.
Detrás de un árbol seco
escondida una mujer observaba al hombre que lloraba enfrente de una tumba que
supuso que era de un conocido, sus dudas aparecieron cuando la noche anterior
había cavado justamente en esa tumba para robar algo de valor a los muertos;(parece
miserable y poco normal pero sinceramente ya nada es normal).
El caso cuando abrí la
tumba estaba vacía solo pude saber que alguna vez estuvo alguien por que había
signos de arañar la puerta con las uñas, desde entonces sigo la pista a este hombre.
Gabriel Quesada Lobo, 4º ESO
DÍA DEL PADRE
Era una bonita bonita
tarde de invierno, iba a comenzar ya la primavera, era día 19 de Marzo,
concretamente el día del padre, me dirijo a la ferretería para comprarle una
figura de una colección hecha con objetos de hierro: cables, alambres,
azadones…
De camino a casa me topo
con mi mejor amiga Carmen, ella en cambio llevaba a su padre unas flores.
Al llegar a casa, nadie
respondió al timbre, así que entré con las llaves.
Y en el sofá de mis casa
yacía muerto mi padre.
8 años después, a día de
hoy todavía no se conoce al presunto culpable.
Mario López Delgado, 3º ESO
DÍA DEL PADRE
- Mañana es el día del
padre - me dijo un amigo.
- Es verdad - contesté
yo con entusiasmo.
- Le voy a hacer una
fiesta sorpresa.
- Que chuli piruli, yo
le voy a comprar un reloj de ocho millones de euros, que es un poco barato pero
bueno…- contesté yo un poco deprimido.
A la mañana siguiente yo
me fui a darle el regalo a mi padre, y él se ilusionó mucho.
Mi amigo le dio la
fiesta sorpresa y se ilusionó mucho más que el mío.
Moraleja: no nos
esforcemos tanto por los regalos cuando lo que más importa es el regalo del
amor.
José López, 2º ESO
EL PADRE DE GUERNICA
Aún recuerdo la última
vez que celebré el día del padre… conocí a una chica muy guapa hará ya diez
años. Al año de conocernos, nos casamos en secreto, pues nuestras familias no
autorizaban el matrimonio. Meses después de la boda, nació nuestra hija, nuestra
preciosa hija… era la niña más bonita que hubiera visto jamás. Tenía los azules
ojos de su madre. Los años pasaron, y cuando tenía cinco años, comenzó la
guerra civil española. A mí me obligaron a alistarme en el bando nacionalista,
aunque no fuera así mi deseo. Dejé a mi mujer y a mi hija en el pequeño pueblo
donde vivíamos, y partí a la guerra.
Las escenas que vi en la
guerra me siguen acechando hoy en día, pero las cartas y fotos que me enviaban
mi mujer y mi hija hacían que desease la llegada al hogar.
Pasaron tres años de
fría guerra, la gente iba muriendo, y enterraban sus cadáveres en fosas
comunes. Franco se sentía muy fuerte. Oí que Hitler le estaba brindando
ayuda para destruir uno de los puntos estratégicos de los republicanos. Yo no
hice caso a los rumores, y así lo prefería, según los rumores, el sitio que
iban a atacar con la ayuda de los nazis era Guernica, el pueblo en el que había
dejado a mi mujer. Llegó el día, recuerdo que salió en la primera plana todos
los periódicos:
Franco, con ayuda de las bombas de Hitler, bombardeó Guernica
Ayer tarde, los líderes de ambos países, fueron los protagonistas del
primer bombardeo en un núcleo civil. Los aviones alemanes, sobrevolaron el
cielo del País Vasco, bombardeando Guernica, uno de los principales núcleos
republicanos.
Recuerdo que lo primero
que sentí en ese momento fue ira, y luego pena. Sólo había podido celebrar los
cinco primeros años de vida de mi hija, me había ido durante sus últimos tres
años de su vida, y seguramente ni siquiera se acordaba de mí. Al poco tiempo,
acabó la guerra, con la victoria del bando de Franco, que se había autonombrado
cabeza máxima del estado. Estos dos años han sido horribles…
José Jesús Benítez, 3º ESO
EL MAESTRO DE LA VIDA
¿A quién elegirías si te
preguntasen qué quién es tu héroe?
Yo desde luego a mi
padre, del que he aprendido todo lo que se de mates, lengua, inglés,…
Él me enseñó a montar en
bicicleta, y todo sobre el cine, el fútbol, la pintura…
Él es maestro, cocinero,
fontanero, mecánico, superhéroe,…
Él me ha apoyado en los
momentos duros, y confió en mí cuando nadie lo hacía, porque me enseñó a
levantarme y seguir adelante…
Él me enseñó todos los
valores de la vida, y a saber apreciarla y cuidarla, amarla…
Y porque sé que seguirá
haciendo todo esto por mí, en el futuro.
Pablo Jiménez Alonso, 3º ESO
EL DÍA DEL PADRE
Era el 19 de marzo del
año 1897, cuando anunciaron por la radio que un padre había muerto salvando a
su hijo, un niño de 16 años con trastorno del espectro autista.
Esto sucedió tres meses
después de enterarse el padre de que su hijo tenía leucemia y que necesitarían
un trasplante de médula cuanto antes, el padre se ofreció como donante, ya que
tenía el mismo grupo sanguíneo.
Cuando el quirófano
estaba listo, entró en la sala, con su respectivo uniforme y comenzó la
extracción de médula. La operación era sencilla, pero al darse cuenta de que el
padre era alérgico al principal ingrediente de la anestesia, tuvieron que
hacerlo en poco tiempo. Esto complicó las cosas, hasta tal punto, que al
extraer la penúltima dosis, se partió la jeringuilla. El trozo más pequeño fue
a parar al corazón, provocando así una muerte segura.
Es por eso que este día
se conmemora y se seguirá recordando durante siglos.
Víctor López Díaz, 2º ESO
DÍA DEL PADRE
Hace mucho tiempo solo había día de la madre en honor a la Virgen María pero día del padre…
Lo curioso es que he mirado quienes lo fundaron y las dos personas que miré eran mujeres.
No hombres, mujeres…
Mi madre diría que es porque todo lo tiene que organizar las mujeres y que los hombres son unos sosos.
Siempre se le regalan llaveros o tras cosas que acaban en la basura o en un cajón hasta el final de los tiempos.
Yago Reyero, 3º ESO
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