Recién estrenado el 2018 y todavía hay gente que piensa que el hombre no ha llegado a Luna. Quizá por eso Trump se plantea volver.
En fin, este compañero nocturno de la Tierra sigue dando para unas cuantas creaciones artísticas.
UN VIAJE A LA TARDIS
Estamos a 12 de noviembre de 3000, estoy en la nave
Tardis; una nave espacial que nos llevara a mi nueva casa en el cinturón de
asteroides.
Esta nave está equipada con la última tecnología:
tiene un vestidor automático, que consiste en dos círculos que te rodean y te
visten con lo que quieras; así te ahorras mucho espacio; también tengo un
microondas muy peculiar ya que en la pantalla en vez de tener el reloj marcando
la hora tiene una pantalla en la que tu pones lo que quieres comer y te aparece
en 10 segundo, esta genial ya que no tienes que cocinar ni preocuparte. La casa
no es que este construida en un asteroide si no está equipada con una fina capa
en el suelo que se puede fijar en cualquier tipo de superficie, la casa no
tiene un tejado en su lugar tiene una cúpula con la que se puede cambiar las
vistas desde dentro; por ejemplo en vez de ver los asteroides y la eterna
oscuridad lo puedes cambiar por un bonito cielo soleado o un lluvia relajante, etc. Lo mismo pasa con las ventanas, se pueden cambiar al gusto. Lomas
impresionante de la casa que también se llama Tardis es que en el sótano hay un
panel con el que se puede viajar atreves del espacio y del tiempo. Está conmigo
mi perro Toby y mi hermana Hilda.
Nos dirijimos al espacio porque la tierra ha
desaparecido debido al presidente de estados unidos del año 2017 Trump,
descubrió la manera de ser inmortal y desde entonces no ha parado de crear
conflictos mundiales hasta que los coreanos crearon una bomba nuclear que
destruyó la tierra en mil pedazos, pero yo eso ya me lo suponía por eso cree
esta nave y la casa.
Gabriel Quesada, 3º ESO
FALTA OXÍGENO
Acabamos de despegar y hace un rato que ya estamos
moviéndonos para trabajar. Nos parecía que era una locura volver aunque las
tecnologías estuvieran mucho más mejoradas ya que Neil Armstrong ya piso la
Luna en su día. Podíamos en cualquier momento acabar con el oxígeno. A algunos
eso era una idea que les traía sin cuidado. A mí no. Aunque haya trabajado en
la NASA no significa que yo no tenga miedos como asfixiarse en un cohete lejos
de la Tierra. Además, que doce astronautas pisaran el suelo de la Luna en la
Guerra Fría era una victoria demasiado grande para Estados Unidos. Llevábamos
alrededor de cuatro horas cuando uno de mis compañeros se puso nervioso y se
desmayó quedando flotando por el efecto de la gravedad. No quería avisar
a los demás y que pensaran que el cohete estaba bajo de oxígeno lo cual
produciría el pánico. Llamé al capitán para que se ocupara. Este no se puso
loco, sin embargo, comenzó a reanimarle hasta que al final el hombre pudo
volver a respirar con normalidad. Nos comentó que hubo un momento que de
repente se le puso todo negro y dejó de respirar hasta que el capitán le
despertó. Me asusté. Ese hombre (él que se desmayó) no tenía dificultades en
esas cosas. Estaba yo apañado…
Juan Gómez Villa, 3º ESO
TRES, DOS, UNO...
Volvían a salir. Todo el país tenía los ojos en aquella
nave que nos llevaría de nuevo, la bandera norte americana volvería a la luna.
Mi visión sería la misma, una ventana. Mi orgullo, nulo. Mi perspectiva, no hay
nada distinto en la luna que no se pueda encontrar en un frío desierto. Pero a
decir verdad, preferiría encontrarme de nuevo en el Apolo antes que tirado en
un sofá sin más propósito que el de ganar apostando en el bingo.
Samuel Castellanos Tamayo, 4º ESO
LLAMADA
PERDIDA
Me acababan de comunicar que el día 31 de diciembre,
cuatro astronautas iban a despegar a las 12 de la noche, y yo sería la que los
guiase en su viaje. Era yo la que estaba al otro lado de la llamada,
tenía la misión de que llegasen a su destino sanos y salvos. Al principio hubo
problemas porque el presidente quería que fueran solo tres, pero yo insistí de
que fueran cuatro, y uno de ellos Pete, mi hijo. Llego el momento,
mientras toda la gente estaba celebrando el año nuevo, yo con mi grupo estaba
planeando para que todo saliese bien. Quedaba un minuto hasta de repente
pude decir:
- ¿Están preparados?-dije yo con mucho ánimo-.
-Sí, estamos listos-contestaron-.
-Despeguen en 3…2… 1...
Iban ya por la mitad del proyecto. Cuando perdí la
señal, no supe qué hacer…
Stanis Yaruchyk, 3º ESO
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