TIROTEO EN SU PROPIA CASA
Se le había ocurrido una
idea. Una idea que iba a arrasar. Le llevaría a la fama en un abrir y cerrar de
ojos. Corrió rápidamente a casa. Iba chocándose con todo. Hasta tuvo que saltar
por encima del capó de un coche que casi le atropella lo que provocó la indignación
del conductor. Llegó a su casa y consiguió un lápiz y una hoja de papel. Con
eso podía cambiar el mundo. De repente apareció un hombre armado en su casa. Él
disparó y acabó con su vida. El caso era que no sabía de dónde había sacado la
pistola. De repente empezó a oír disparos. Corrió a esconderse bajo una mesa
viendo como se perforaban las paredes y ventanas de su casa. Entró otro hombre
que se acercó a donde él estaba y le disparó a quemarropa. Era imposible que
escribiera aquella impresionante idea porque, al parecer, se había metido en la
historia y ya le habían matado.
Juan Diego, 4º ESO
LA TRÍADA DE LA LUNA
Estaba preparado para
empezar mi historia, tenía la historia, los personajes, el conflicto… Todo
menos algo, pero no sabía el que; le falta eso que hace que una historia sea
“la historia”.
Me fui a dar un paseo
por la playa haber si se me ocurría algo, pero no había manera, en ese momento
vi a una pareja disfrutando del atardecer y pensé que nada podría romper esa
felicidad. Entonces se me ocurrió, fui corriendo a mi casa para escribir, tenía
tanta inspiración que saltaban chispas de mi cuerpo; al entrar en mi casa
sucedió algo que nunca olvidaría… En el salón de mi casa había una mujer joven
de piel azul y pelo como si fuera agua, vestía ropas muy ligeras, pero lo más
llamativo eran sus manos que entre sus dedos había unas membranas; a su lado
yacían otras dos mujeres: una de color verde, su pelo era un conjunto de flores
tropicales y su vestido de cola era como una montaña, la tercer mujer era en
apariencia una simple humana con una túnica.
Me sonaban de algo pero
no sabía el qué… De repente caí eran las tres diosas de memorias de Idhun:
Neliam, la diosa del agua; Wina, la diosa de la naturaleza e Irial, la diosa de
los humanos.
Me explicaron que los
dioses de la triada habían desaparecido y una fuerza superior estaba atacando
su mundo, estaba alucinando no sabía que estaba pasando, lo primero que se me
ocurrió fue buscar en internet la dirección de Laura Gallego (la escritora de Memorias
de Idhun)...
Gabriel Quesada, 3º ESO
EN LA PIEL DEL ESCRITOR
Me llamo Mario Vargas
Llosa y soy escritor. Vivo en Arequipa, Perú. Nunca he sido poseedor de grandes
cantidades de dinero, pues las condiciones económicas y sociales son pobres de
siempre y mi padre fue un alcohólico hasta que hace año y medio falleció
por una metástasis.
Desde pequeño, en el
colegio, ganaba los concursos de literatura y hace medio año gané uno en el que
el premio era la edición de un libro. La fecha límite es dentro de una semana y
no llevo aún ni la mitad del libro. Estoy absorto en una crisis de ideas y no
soy capaz de escribir ni medio párrafo de buena calidad.
Las condiciones tampoco
han sido las mejores, hace tres meses mi madre falleció por causas que la policía
se ha negado a investigar porque uno de los carteles de la droga está
involucrado en ello. Hace dos meses mi pareja, María me dejó y se fue con mi
mejor amigo Juan. Estoy sólo en este mundo que me ha desamparado y me entran
ganas de no respirar, pero si muero, los gastos de edición del libro, que son
enormes, se los cobrarán a mis tiós, que son unos campesinos que viven con las
justas en la sierra, alimentándose del campo. Definitivamente, escribir Los
Jefes está siendo una tortura.
José Jesús Benítez, 2º ESO
ESCRITURA ACCIDENTADA
Y entonces Kim levantó la espada y fue a ensartar a su malvado enemigo cuando de repente…
¡PUMM!
-¡Ahh!- grité yo-. Se fue la luz -continué en tono enfadado-. Y no he guardado la última línea.
Minutos después volvió la luz y me reenganché a la historia:
Y entonces Kim levantó la espada y fue a ensartar a su malvado enemigo cuando de repente…
¡PUMM!
-¡Otra vez se ha apagado!
Sin embargo esta vez no había sido un apagón. Miré qué podría ser y vi el gato que al pasar había desenganchado el cable del ordenador al pasar.
-¡MALDITO GATO!
Lo eché a patadas y conecté el ordenador reenganchándome (otra vez) a la historia:
Y entonces Kim levantó la espada y fue a ensartar a su malvado enemigo cuando de repente…
¡PUMM!
-¡PERO QUÉ PASA HOY!- grité irritadísimo.
Todo apuntaba que ese día no estaba predestinado a acabar, así que me levanté y me fui a leer algo.
Juan Ros Díaz, 2º ESO
QUERER Y NO
PODER
Cuando preparé el escritorio para escribir en mi
máquina, de repente esta se movió a la izquierda y la volví a
poner en su sitio, pero se volvió a mover. Una y otra vez.
Cuando me harté, la
até con una cuerda pero se volvió a mover y además se rompió la cuerda.
Cuando puse el papel en
la máquina no podía escribir porque no tenía tinta. Tenía que volver a recargar
la máquina.
Y al final tuve que
esperar hasta el día siguiente.
Con las primeros rayos
de luz volví a mi escritorio con mi máquina. Todo parecía en orden, pero al
empezar a teclear se me cayó la máquina al suelo y no pude hacer la historia
británica
Diego Fuertes Casado, 4º ESO
CUESTA ARRIBA Y CON FRENOS
Una historia puedes planearla hasta cierto punto, todos sabemos que las mejores son las que salen bien y no esperas. Sin embargo, al igual que en el día a día, existen ciertos baches en que nos impiden seguir adelante. Estos obstáculos solo están en dos partes. Puede ser que el papel no sea del material que prefieres, puede que solo tengas un lápiz y no un boli como esperabas, o puede incluso que te encuentres en el peor de los ambientes, pero aun así te ves obligado a utilizar y aprovecharte de todas estas circunstancias externas que te incomodan.
Desde luego, lo que te condiciona totalmente para hacer de tu historia una obra maestra o tan solo un par de garabatos son los sentimientos y pasiones que te empujan a escribir o te frenan de golpe por mucho entusiasmo que le pongas.
Samuel Castellanos Tamayo, 4ºESO
En la piel del escritor, Pablo Fernández Marinas, 2º ESO.
La máquina de escribir encantada, Yago Reyero Martín, 2º ESO.
Yo, escritor, Pablo Jiménez Alonso. 2º ESO.
El blog de notas, Stanis YaruchykM, 3º ESO.
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