miércoles, 24 de abril de 2019

Pasajeros al tren de la primavera

Si atendemos a las campañas publicitarias, la primavera comenzó antes de que se acabaran los turrones en casa. Si atendemos a un estado de ánimo, alguno parece vivir en una eterna primavera. Sea como fuere, abril está haciendo honor al refrán y seguro que agradeceremos las lluvias para un florido mayo.
Sí, llegamos tarde al comienzo de la primavera; pero a ver si estas pequeñas creaciones sirven para atraer el buen tiempo.

Y TÚ QUÉ MIRAS
Sonríes, sonrío, sonreímos. Sencillo y, si no lo entiendes, no lo pienses y solo sigue sonriendo. El invierno pasó y quemando todos esos sentimientos que ardían en mi interior. Pero, no me importa. La primavera llega y, en un suave susurro, levanta todas esas cenizas que, llevadas por el viento, son depositadas bajo… ¿A ti te importa? Una nueva estación amanece, olvida ese frío y coge este clavel rojo que te ofrezco. Ríes, río. Riamos enseñando todos los dientes hasta hacer florecer a los pájaros y piar a las flores, ¿o era al revés? Disfrutemos de este momento que no volverá a ser el mismo y sobre todo, disfrutemos sabiendo que nada ni nadie podrá tirar esto.
Samuel Castellanos Tamayo, 1º Bach

SOLSTICIO DE PRIMAVERA
Cuando las ramas secas y las hojas caídas dejan paso a la amplia gama cromática de las flores y los pájaros que buscan en las cuantiosas semillas el alimento del que llevan careciendo durante el frío invierno. Un rayo de esperanza y alegría asoma de entre la oscuridad del invierno alumbrando lo que durante la tenebrosa época anterior se mantenía entre las sombras y dándole la vida que lo hace funcionar; dicho rayo que da paso a un gran resplandor que deja al descubierto un maravilloso mundo cuya existencia no se conocía desde nueve meses atrás y gracias al cual el mundo es el que es.
David García Roca, 3º ESO

LA ESTACIÓN PERFECTA
Érase una vez, en un país muy lejano llamado Primaverilandia, vivió hace muchos un niño llamado Arturo al que le encantaba viajar y tratar con culturas distintas a la suya. Mientras tanto, al otro lado del mundo, más concretamente en Inviernilandia, vivió un niño llamado Jaime al que le gustaba hacer exactamente lo mismo que a Arturo. Un buen día, no vayas a decir como ya que no se conocían, ambos decidieron hacer un viaje a su país contrario, es decir, Arturo se fue a Inviernilandia y Jaime a Primaverilandia. Cuando Arturo bajó del avión, se quedó perplejo al ver el panorama que se le presentaba.Para empezar la temperatura, y es que hacía un frío insoportable,y como Arturo no estaba acostumbrado a semejante clima, se sorprendió tanto y a la vez le impactó tanto, que por poco se desmaya. En segundo lugar, la gente, y es que ya que el país era frío, la gente también le trató con frialdad cuando acudió a pedir información. En tercer lugar el paisaje, y es que él estaba acostumbrado a prados verdes y floridos, aguas claras, sol radiante…,y lo que se encontró allí fue todo lo contrario, prados blancos a causa de la nieve y sin ninguna flor ni árbol. Y Jaime a su vez, vivó todo lo contrario, prados verdes y floridos, árboles frutales, gente que le recibió con amabilidad… El caso es que al final del viaje, ambos llegaron a la misma conclusión, y es que está bien irse de vez en cuando a explorar otras tierras, pero para vivir no hay nada como la tierra de la que provienes.
Diego Rojas Romero, 3º ESO


SENTIDOS DE LA PRIMAVERA
Era el principio de la primavera, y todos los colores, olores y animales exóticos empezaban a sentirse en casa.
La primavera se podría definir como un renacer después de un duro tiempo de muerte (Invierno). Era tiempo de primavera, era tiempo de felicidad, era tiempo de alegría, era tiempo de amor entre especies, era tiempo de paz y armonía. Por eso Vivaldi, describe musicalmente la primavera como la mejor de las cuatro hermanas. La buena, la bella, la alegre,… Vamos, tipo Cenicienta 2.0.
Y quien no le gustaba la primavera, era el típico estereotipo raro que no aceptaba la sociedad.
Vamos, otro tipo de “El Grinch” 2.0. pero alérgico al polen.Pufff, menudo tema, la odiada alergia (¿qué pesada, verdad?). Otro tipo de Darth Vader, preparada para matar la felicidad que nos comunica la primavera.

Pablo Jiménez Alonso,  ESO

EL NIÑO PERDIDO
Era un día de primavera y me encontré un niño llorando en el parque. Me dijo que se llamaba Edu y que no sabía dónde estaba su mamá. Fui corriendo a un chino y le compré un chupete. Mucho mejor. Estuvimos una hora buscando a su mamá, pero al final se hizo tarde y lo lleve a un orfanato. Problema resuelto. Al día siguiente volví al parque y me encontré a una madre que había perdido a su hijo el día anterior. Menudo déjà vu.
Nacho Moreno, 2º ESO

CUENTO DE PRIMAVERA
Era una plácida mañana de primavera. Me levanté, respiré el aire fresco y pensé: "qué bien, ya ha empezado la primavera".
Los pájaros cantaban y la felicidad se palpaba en el ambiente. Decidí vestirme e irme a dar una vuelta, así me despejaría de la larga y ardua semana que había tenido en el colegio. Yo estaba preparado para salir cuando de repente un ruido extraño me hizo ser curioso e ir a ver qué pasaba, cuando averigüe lo que era me di cuenta de que era un pequeño roedor el cual estaba acabando con mi nevera.
Yo como era primavera no me apetecía enfadarme entonces apaciblemente le eche fuera con un pequeño cachito de queso.
Bueno después de todo me decidí a salir cuando de repente algo me volvió a extrañar, y otra vez tuve que volver pero esta vez venia del sótano cuando fui a mirar paso algo…
Hugo García Bautista, 3º ESO

LA PRIMAVERA
Al abrir los ojos puedo ver un sol muy brillante con algunos  pájaros cantando sin parar, el campo está florido y ni una sola nube cubre el cielo limpio, todo es luz y tranquilidad.
Al menos eso es lo que me gustaría ver, sin embargo solo veo la espalda de mi compañero de adelante remando en esta galera romana y lo más cerca del sol que puedo estar es un pequeño ventanuco que ni siquiera puedo verlo bien debido a mi compañero de al lado, que con su cuerpo me obstruye la visión del poco mundo que me queda.
Desde atrás no mandan ir más rápido a golpes de látigo, ya van tres personas las que han caído desde que salimos de Siracusa (Sicilia) y creo que son más las que caerán antes de llegar a Alejandría.
Juan Ros Díaz, 3º ESO

EL REY INVIERNO
El rey invierno gobernaba el mundo con fríos y heladas, y utilizaba el método de la mano dura para resolver sus problemas. Por ejemplo si una planta quería brotar el frío la marchitaba y la mataba. Si una cría de cualquier animal osaba nacer en el reino del rey invierno moría al instante.
El rey invierno, al igual que su monarca, era hermoso pero frío, el silencio siempre llenaba su reino, era violento y odiaba el calor y la  armonía.
Pero la reina de un pueblo vecino llamada primavera, no pudiendo soportar la fealdad del reino vecino lo atacó haciendo florecer en él todas las flores que podáis imaginar. Al rey helado le entró una terrible maldición con la que le picaban los ojos y se mareaba, por lo que se escondió esperando una ocasión mejor para vengarse.
Así que si en primavera  tenéis alergia puede que seáis portadores de la maldición.
Yago Reyero, 3º ESO

EL DÍA DEL PRINCIPIO
Todo empezó un día por la mañana. Me desperté en mi cama como todos los días. Parecía normal, pero pronto averiguaría que no. Ese día era el primero de primavera y como es común entre nosotros, los espartanos, íbamos a intentar dejar a un lado a nuestros enemigos y durante ese primer día de primavera nos volveríamos más amigos entre nosotros. Claro que no contábamos con que los atenienses planearan un asalto. Rápidamente los principales guerreros de Esparta, al oír las trompetas de ataque de Atenas, cogieron sus armas y se pusieron en primera línea defensiva. Acto seguido yo dejé a mi mujer, agarré mi espada y le solté un mandoblazo al primer soldado ateniense que vi, porque algunos ya se habían colado en la ciudad. Mis amigos y yo nos reunimos en la plaza y empezamos a barrer las calles de Esparta con  un pequeño ejército que reunimos
mientras los 500 soldados espartanos que habían podido ponerse en posición defensiva con sus armas en las murallas de esparta eran pocos para la gran cantidad de soldados enemigos que se les abalanzaban. Llevábamos mucho tiempo por las calles cuando empezó el asalto más grande al que nunca podríamos habernos enfrentado.
Algo que sí sabíamos o, al menos la mayoría, era que alguno de nosotros era un espía de Atenas, puesto que era imposible que de los 365 días que tiene el año justo ataquen el día de paz espartana. Cuando los soldados atenienses atacaron, nosotros ya estábamos en las murallas y las calles estaban limpias. Yo pude contar como unos 800 soldados espartanos, pero cuando miramos al frente vimos que había unas 5 veces más soldados que los que éramos. En mitad de la defensa, vimos que algunos soldados de Selonicas vinieron a ayudarnos a defender. En ese momento, me di cuenta de que todo acababa de empezar: una guerra se desataría desde entonces. Era el día, el día del principio.
Jorge Rodríguez Marín, 3º ESO

¿QUÉ ES LA PRIMAVERA?
Hoy es veinte de marzo, y, por tanto dejamos atrás el invierno recibiendo la primavera.
La primavera es la segunda estación del año, y, a diferencia del verano, que no hay hojas en los árboles ni flores por ningún sitio, los árboles y demás de la naturaleza florecen.
Ese es un resumen corto en una línea de lo que es la primavera, pero, ¿qué más cosas tiene la primavera?
En realidad la primavera no empieza hasta las diez y cincuenta y ocho de la noche, cuando se produce el equinoccio de primavera, con el que también, tendremos que cambiar la hora la noche del sábado treinta al domingo treinta y uno de marzo, que probablemente, sea la última vez que tengamos que cambiar nuestros relojes.
No me refiero a la última vez para siempre, sino hasta por lo menos el dos mil veintiuno.Esto es porque este otoño anterior Bruselas quiso que cambiásemos los horarios el próximo día por última vez, lo que pasa que había que elegir con qué horario nos quedábamos, pero cómo no se sabía han dado hasta el dos mil veintiuno como límite para decidirlo.
Bueno, y no tengo nada más que contar, espero que esto haya sido útil.
Miguel Ruiz Mondéjar, 2º ESO