miércoles, 22 de noviembre de 2017

Genio e ingenio

El pasado 8 de noviembre se celebró el Día Internacional del Inventor. Desde nuestro humilde rincón en la red de redes, pusimos las letras al servicio de los grandes descubridores de la historia. Quizá reinventándola un poco.

ARQUÍMEDES
Arquímedes estaba agotado tras aquel largo día de fracaso,así que decidió darse un baño de agua caliente. Mientras se preparaba se le cayó una corona dorada al agua. Entonces descubrió que subía el agua de la bañera. Salió corriendo gritando a la calle "¡eureka!". Pero la gente se reía de él al verle. Fue entonces cuando descubrió que estaba desnudo.
Yago Reyero Martín, 2º ESO

NICOLÁS COPÉRNICO
Nicolás estaba jugando con sus tío, ya que sus padres fallecieron hace ya un año. para él su tío era solo su tío, para el resto de la gente solo era un sacerdote. Pero Nico tenía muchas curiosidades. Un día jugando al pilla pilla con sus amigos encontró como una mariposa se movía en círculos y se le ocurrió la ley de la gravitación universal, pero Newton era mayor y se la quitó.
Gonzalo Pérez Alonso, 4º ESO

INGENIO Y EXTRAVAGANCIA

Érase una vez, en un país muy extraño en un tiempo muy extraño, había una persona muy extraña. Con un pelo canoso que recordaba a una especie de desordenado algodón dulce incoloro. Rondaría los sesenta años. Estaba hasta el gorro de la gente que criticaba sus extravagantes inventos y no paraban de perseguirle con estupidísimas preguntas. Por las tardes se intentaba concentrar en el estudio que estaba realizando sobre las leyes de Newton pero los constantes gritos y peleas de sus nietos no le dejaban concentrarse. Entonces se le ocurrió algo. Algo que solo a él se le hubiera podido ocurrir. Cogió una bombona de oxígeno y empezó a confeccionar una especie de casco de tela con dos lentes para ver en la zona de los ojos. Lo hizo de manera que pudiera aislarse del exterior la cabeza que se metiera dentro. Así, con el oxígeno que la bombona introducía en el casco, podía servir para aislarse del exterior y centrarse mucho mejor. Definitivamente, había encontrado la solución a la mayoría de sus problemas. Definitivamente, había encontrado paz.

Juan Diego, 4º ESO

EL QUERIDO THOMAS
Erase una vez un niño llamado Thomas que ya desde pequeño sacaba muy buenas notas y se portaba muy bien. Cuando terminó los estudios, pasó a la universidad donde estudió para ser telegrafista. Un día, un profesor de Thomas le dijo que era superdotado y que por tanto tenía que abandonar la universidad y empezar a trabajar. Cuando Thomas llegó a su casa, les dijo a sus padres este mismo mensaje y su padre dijo que iba a empezar a trabajar en su taller de coches. A Thomas esa idea no le agradó puesto que él quería ser telefonista, pero como no le quedaba otra opción lo terminó aceptando. Un día, cuando estaba trabajando en el taller de  su padre, vio unas piezas que le interesaron y decidió quedárselas. Cuando terminó de trabajar, se fue a su habitación a hacer lo que él verdaderamente quería hacer, ser telefonista.
Diego Rojas Romero, 2º ESO

miércoles, 8 de noviembre de 2017

La fiesta de cumpleaños

Hace poco fue el cumpleaños de uno de nuestros pequeños escritores. En su honor, decidimos dedicarle nuestros relatos; aunque algunos tienen poco de felices. Disfruten, y si es su cumpleaños, doblemente.

En veinte minutos
Veinte minutos antes del día señalado, sin haber podido dormir, salí a la calle pensando en una gran cantidad de cosas, la mayoría sin sentido.
Al poco tiempo de estar en otro mundo, volví al mío dándome cuenta de que tenía un compromiso en diez minutos. Comencé a caminar con destino bajo el cielo casi estrellado de la ciudad. Fijé la vista en numerosos escaparates llenos de prendas y calzado con un mínimo de tres ceros. Entre en una calle compuesta por sombríos apartamentos hasta detenerme en la puerta de uno lleno de vida.
Samuel Castellanos Tamayo (4ºESO)

La fiesta  de cumpleaños
Estaba yo en mi casa tranquilamente cuando el teléfono sonó y tuve que levantarme para coger ese maldito trasto y descolgarlo. Para mi sorpresa el que estaba llamando era mi viejo amigo Bob y no, no es la esponja que sale por la tele, aunque a mí me estresa tanto como lo hace él. Y diréis, “¿por qué, si se supone que es tu mejor amigo?”, pues porque el muy mmmmm invitó a todos los de la clase excepto a mí cuando no conocía ni a la mitad. Así que esta es mi vida. Si creéis que vuestro amigo es malo, mirad el mío, porque encima después de su cumple me llamó para decirme que se lo había pasado genial. Eso fue lo que más me fastidió.
Ignacio Cerdán (2ºESO)

La fiesta
Me levanté pensando en cómo me había ido el día ayer. Estaba preocupada, porque mi jefe me había pedido que terminase de hacer unos proyectos cuya fecha límite era hoy. Lo peor de todo es que no tenía ni la mitad hecho. Me llevé un disgusto grande porque mi hijo
mayor, Juan, me había escrito una nota donde ponía que ya no me podía soportar más y que se mudaba a un apartamento en las afueras de la ciudad. Y el pequeño estaba con mi ex marido. Iba de camino al trabajo y como todos los viernes comprobé si me había tocado la lotería. Esta vez vi que el último número coincidía. Me froté los ojos pensando que era un sueño. El dependiente vio mi papeleta y saltó confeti. De repente aparecieron todos mis seres queridos, incluido mi jefe, mi marido y Juan. Me saltaron las lágrimas de felicidad, no sabía si era un sueño, pero, si lo era, deseé que no acabase nunca. Les pregunté cómo sabían que había ganado, y me contestaron que todos habían comprado una papeleta para que me tocara. De repente, todos gritaron: “¡feliz cumpleaños!”
Stanis Yaruchyk (3ºESO)

Fiesta en el hotel
Me invitó a su fiesta de cumpleaños. Lo sabía porque me llegó una invitación al buzón de casa. Era en el centro, o eso parecía. Me dijo que le esperara en el hall de un lujoso hotel. Yo no sabía quién era. Acabé pensando que era una broma pesada. La única firma que tenía aquella nota era una calavera. Pensé que era mejor no avisar a nadie. De repente, en casa, escuché unos disparos que venían del piso de abajo. Bajé las escaleras y vi el cadáver del señor Courveau, pero algo en su pecho me llamó la atención. Era una nota con una calavera. Ponía que la fiesta era hoy. Subí precipitadamente a casa a buscar una pistola mientras la vecina llamaba a la policía. El asesino había huido por la puerta de atrás. Cogí el coche y volé hacia el Hôtel d´Aigle, donde especificaba la invitación que era la fiesta. Me bajé del coche y entré precipitadamente en la recepción. Vi a una persona vestida de payaso que abrió fuego contra mí. Solo me dio en el brazo izquierdo y conseguí refugiarme tras una maceta. Unos hombres consiguieron inmovilizar al payaso al tiempo que otro entraba por la puerta y cosía a tiros al tirador y sus captores. Entonces perdí el sentido.
Juan Diego (4º ESO)

La fiesta de cumpleaños
Pepe salió por la puerta del colegio aquella tarde demasiado despacio. Algunas personas le empujaban porque no iba lo suficientemente deprisa respecto a los demás. Por la calle aceleró el paso. Paró de repente en seco, ya que algo le había llamado la atención: en el edificio de enfrente se escuchaban gritos y golpes tremendos. Algunos miraban hacia el lugar de donde provenía el ruido. Pepe fue al edificio y entró por una puerta sucia y desvencijada. Se estaba entrometiendo en asuntos ajenos a él. Subió por las escaleras. El volumen cada vez subía más. Era ensordecedor. Llevaba ya dos tramos de escaleras cuando un ruido detrás de él le sobresaltó. No se dio la vuelta y corrió por los escalones hasta llegar al piso del que provenía el sonido. La puerta estaba abierta de par en par. Pepe supuso que los que estuvieran montando semejante jaleo querían que las personas fueran con ellos para celebrar algo. Entró y pensó que mejor no debería haberlo hecho. Estaban celebrando un cumpleaños y todos ellos estaban sucios. Había botellines de cerveza por el suelo. Bajó los escalones de tres en tres hasta que al final se tropezó y rodó por las escaleras. Los del cumpleaños le cogieron y le echaron fuera del edificio.
Anónimo

Gabriel Quesada Lobo (3º ESO), La fiesta de cumpleaños.
David González (4º ESO), La reconciliación.
Yago Reyero (2º ESO), La fiesta de cumpleaños.
Diego Fuertes (4º ESO), La fiesta de mi cumpleaños.
Borja Luengo (4º ESO)Ingenuidad.
Diego Rojas (2º ESO), La fiesta de cumpleaños.
Juan Ros (2º ESO), La fiesta de cumpleaños.