Hace poco fue el cumpleaños de uno de nuestros pequeños escritores. En su honor, decidimos dedicarle nuestros relatos; aunque algunos tienen poco de felices. Disfruten, y si es su cumpleaños, doblemente.
En veinte minutos

Al poco tiempo de estar en otro mundo, volví al mío dándome cuenta de que tenía un compromiso en diez minutos. Comencé a caminar con destino bajo el cielo casi estrellado de la ciudad. Fijé la vista en numerosos escaparates llenos de prendas y calzado con un mínimo de tres ceros. Entre en una calle compuesta por sombríos apartamentos hasta detenerme en la puerta de uno lleno de vida.
Samuel Castellanos Tamayo (4ºESO)
La fiesta de cumpleaños
Estaba yo en mi casa tranquilamente cuando el teléfono sonó y tuve que levantarme para coger ese maldito trasto y descolgarlo. Para mi sorpresa el que estaba llamando era mi viejo amigo Bob y no, no es la esponja que sale por la tele, aunque a mí me estresa tanto como lo hace él. Y diréis, “¿por qué, si se supone que es tu mejor amigo?”, pues porque el muy mmmmm invitó a todos los de la clase excepto a mí cuando no conocía ni a la mitad. Así que esta es mi vida. Si creéis que vuestro amigo es malo, mirad el mío, porque encima después de su cumple me llamó para decirme que se lo había pasado genial. Eso fue lo que más me fastidió.
Ignacio Cerdán (2ºESO)
La fiesta
Me levanté pensando en cómo me había ido el día ayer. Estaba preocupada, porque mi jefe me había pedido que terminase de hacer unos proyectos cuya fecha límite era hoy. Lo peor de todo es que no tenía ni la mitad hecho. Me llevé un disgusto grande porque mi hijo
mayor, Juan, me había escrito una nota donde ponía que ya no me podía soportar más y que se mudaba a un apartamento en las afueras de la ciudad. Y el pequeño estaba con mi ex marido. Iba de camino al trabajo y como todos los viernes comprobé si me había tocado la lotería. Esta vez vi que el último número coincidía. Me froté los ojos pensando que era un sueño. El dependiente vio mi papeleta y saltó confeti. De repente aparecieron todos mis seres queridos, incluido mi jefe, mi marido y Juan. Me saltaron las lágrimas de felicidad, no sabía si era un sueño, pero, si lo era, deseé que no acabase nunca. Les pregunté cómo sabían que había ganado, y me contestaron que todos habían comprado una papeleta para que me tocara. De repente, todos gritaron: “¡feliz cumpleaños!”
Stanis Yaruchyk (3ºESO)
Fiesta en el hotel
Me invitó a su fiesta de cumpleaños. Lo sabía porque me llegó una invitación al buzón de casa. Era en el centro, o eso parecía. Me dijo que le esperara en el hall de un lujoso hotel. Yo no sabía quién era. Acabé pensando que era una broma pesada. La única firma que tenía aquella nota era una calavera. Pensé que era mejor no avisar a nadie. De repente, en casa, escuché unos disparos que venían del piso de abajo. Bajé las escaleras y vi el cadáver del señor Courveau, pero algo en su pecho me llamó la atención. Era una nota con una calavera. Ponía que la fiesta era hoy. Subí precipitadamente a casa a buscar una pistola mientras la vecina llamaba a la policía. El asesino había huido por la puerta de atrás. Cogí el coche y volé hacia el Hôtel d´Aigle, donde especificaba la invitación que era la fiesta. Me bajé del coche y entré precipitadamente en la recepción. Vi a una persona vestida de payaso que abrió fuego contra mí. Solo me dio en el brazo izquierdo y conseguí refugiarme tras una maceta. Unos hombres consiguieron inmovilizar al payaso al tiempo que otro entraba por la puerta y cosía a tiros al tirador y sus captores. Entonces perdí el sentido.
Juan Diego (4º ESO)
La fiesta de cumpleaños


Anónimo
Gabriel Quesada Lobo (3º ESO), La fiesta de cumpleaños.
David González (4º ESO), La reconciliación.
Yago Reyero (2º ESO), La fiesta de cumpleaños.
Diego Fuertes (4º ESO), La fiesta de mi cumpleaños.
Borja Luengo (4º ESO), Ingenuidad.
Diego Rojas (2º ESO), La fiesta de cumpleaños.
Juan Ros (2º ESO), La fiesta de cumpleaños.
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