miércoles, 13 de diciembre de 2017

Palabras preciosas, ¿dónde estáis?

Zapeando en la web ("¡camarero!, una de anglicismos"), encontré una serie de palabras catalogadas como "preciosas", que además muchas eran desconocidas por nuestro alumnado. La verdad es que la imaginación y creatividad de nuestros pequeños escritores no deja de sorprendernos. Disfruten de estas bellezas.

SONÁMBULO
La luz incandescente del alba pintaba un paisaje lleno de cálidos colores salpicados entre el cielo y la tierra. Aquel pensamiento lleno mi cabeza y me hizo olvidar cualquier otro que no estuviese lleno de vida. Rosas inmarcesibles, nevados árboles bajo un radiante sol de mediodía, playas aisladas del mundo...
Un pensamiento me arrollo de súbito: nada de esto serví si tenía a la soledad como única compañera de mi viaje.
Samuel Castellanos Tamayo, 4º ESO

APOLO Y DAFNE
Estaba en un estado de ataraxia mientras  veía a mi acendrada amada bailando bajo el agua cual sirena. El agua era rojo sangre por la luz arrebolada de la aurora que se reflejaba en ella. Contemplando su belleza inmarcesible me dí cuenta de lo bonita que es la belleza si la tienes.
Borja Luengo Molero, 4º ESO

LA MELANCOLÍA, MI MEJOR AMIGA
Mi nombre es Juan Luis, tengo 98 años. Vivo solo, ya que mi mujer se murió el año pasado, y mis 9 hijos viven muy lejos de mí. Estoy caminando por el retiro de Madrid. Obserbo cómo las parejas se quieren, y recuerdo a mi mujer, estoy rodeado de olvido. Me acuerdo de la limerencia que sentí cuando ví por primera vez a mi esposa, yo era una persona nefelibata con el sueño de conquistar a mi mujer. Y el sonido melifluo que sonaba en mi cabeza cuando fue nuestro primer beso. Ahora se que he cambiado, mi mejor amiga es la melancolía, y jugamos a los recuerdos. Aunque, ese juego no me gusta mucho.
Pablo Jiménez Alonso, 2º ESO

EL AMOR ASESINO
Erase una vez un niño acendrado, era completamente transparente, aparte de buena persona, agradable, buen samaritano etc. En el alba se levanta de un salto, su primer pensamiento siempre  era hacia su abuela o como él la solía llamar abuelita; se duchaba, desayunaba y miraba el reloj, le quedan cinco horas para que empiece el colegio, el ya lo sabía porque siempre hacía lo mismo: cogía el metro iba a casa de su abuelita y la encontraba durmiendo a acurrucada junto a ella su perrita le daba un beso y empezaba su primer trabajo le hacía el desayuno, ponían una rosa recién cogida del
jardín, le limpiaba la casa y por último le preparaba la comida. Después le tocaba su segundo trabajo; los estudios; en clase era un chaval centrado siempre participaba en clase y mejoraba con cada día que pasaba, al terminar el colegio volvía a casa de su abuela y la encontraba cantando, le encantaba ver como su abuelita creaba esa palabras melifluas, estudiaba y se acurrucaba junto a ella para ver su telenovela favorita. Un día tuvo una epifanía pero no era clara pues en la visión se veía a sí mismo llorando sangre y sin un brazo. Ese día recibió un mensaje que le cambió la vida para siempre era un mensaje de su madre diciendo que la abuelita estaba en el hospital, el estaba en mitad de una clase de lengua pero al leerlo se levantó y se fue corriendo sin dar ninguna explicación. Al llegar preguntó que donde se encontraba su abuelita la señora le dijo que como se llamaba él la respondió diciendo que eso era superfluo, al llegar se encontró con su madre llorando sentada al lado de mi abuela cogidas de la mano y me dijo:
- Ha muerto, la han asesinado.
Desde ese día todo era diferente: empezó a llegar tarde a no hacer caso en clase y lo más preocupante era que en su mirada siempre se veía una rayo de alegría de amabilidad pero ahora solo tristeza, odio y desesperación. Un día su madre encontró a su hijo muerto en su cama. La causa, ansiedad.
Gabriel Quesada Lobo, 3º ESO

DIVERSIÓN A LA CAZA
Su acendrado y puro cuerpo corría impresionantemente rápido por el sotobosque. Por detrás suya se oían disparos y ladridos. Pronto todo habría llegado a su fin. Su hocico se movía repentina  y aceleradamente. Él consideraba superfluo el cazar, pero día tras día iban desapareciendo conejos amigos suyos y todo tenía una explicación tan humana. Pronto todo habría acabado, cada vez oía más cerca las voces excitadas de perros y humanos. Al alba iba a dejar este mundo. Una bala acarició ligeramente su oreja llevándose parte de ella consigo. El galopar de los caballos y aquel precioso arrebol de nubes visible entre las copas de los árboles fueron testigos de cómo una bala de rifle atravesaba su pequeño corazón. A ese tiempo uno de los hombres que le perseguía pensó que aquella magnífica mañana nunca caería en el olvido. Ya iban cinco.
Juan Diego, 4º ESO

AQUELLA REUNIÓN
Estaba en clase escuchando lo que decía mi profesor a mis padres sobre mí. Su vocabulario no estaba en mi comprensión, decía que no era una persona acendrada, que era una persona social, que era elocuente, pero que mi gran defecto era una persona nefelibata. Salimos del colegio mis padres salieron contentos de esa reunión con el  profesor, no se porque, pero eso me beneficiaba. Después de esa reunión vi el arrebol en el cielo. A lo largo del tiempo esta reunión quedó en el olvido.
David González, 4º ESO

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