Pero en este largo proceso artístico, también hay momentos en los que las ideas fluyen sin control y el escritor debe manejar el torrente de palabras que van inundando su mente.
En las historias de esta semana, los alumnos se han visto obligados a escribir sin descanso: cada dos o tres minutos les decíamos una palabra distinta, sin relación aparente. Empezando por tiburón y acabando por linterna, pasando por reloj, tecnología o persiana. ¿El objetivo? Imaginar y crear haciendo asociaciones libres. ¿El resultado? Lean y disfruten.
UNA NUEVA AMISTAD
Ayer en la playa estaba caminando cuando me encontré entre
las rocas un tiburón. Miré mi reloj. Eran las siete de la tarde. A esa hora el
socorrista tendría que estar en su puesto escuchando la radio, pero no lo
encontré. Me metí en las rocas otra vez, pero mi tobillo se quejaba a costa de
las rocas. La luna había empezado a
salir entre las nubes. Mi móvil sonó. Yo no era muy bueno con la tecnología,
aunque me estaba acostumbrando. Miré de izquierda a derecha buscando algo que
me sirviera, pero solo me encontré un trozo de persiana.
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Visto en https://goo.gl/5D60EL |
Qué peligro tenía el tiburón. Al respirar, se notaba que se
estaba muriendo. Intenté que confiara en mí, pero se nota que se me daba mal
hacer amigos. Seguro que mi mujer me
estaba esperando en casa con la comida ya hecha, mirando el reloj del salón
impacientemente. Entonces encontré una placa de hierro e hice palanca. Ese
trozo de hierro me parecía Tan auténtico tesoro. Vi alejarse al tiburón, quizá
él no se acordará nunca más de mí, pero yo de él sí.
Me volví a casa con la bicicleta, alumbrando el camino que
yo pisaba, alegre de la buena obra de caridad que había hecho, y la nueva
amistad que había logrado.
Pablo Jiménez
Alonso (1º ESO)
COSAS QUE PIENSO
Mi madre decía que había visto un tiburón. El reloj marcaba
las dos de la tarde y allí estábamos esperando al guardacostas. En la radio que
tenía en mi mano, escuché que en las playas de Alicante se había dado el aviso
de tiburones. En aquel momento sentí un dolor punzante en el tobillo. Al
mirarme pude ver una especie de pez luna, pero con unas grande púas...
De pronto me desperté rodeado de un montón de objetos que
recordaba haber estudiado en tecnología. Al mirar a mí alrededor me di cuenta
de que la persiana de la habitación estaba subida. Un hombre me dijo que aquel
pez era de gran peligro. El médico era amigo de mi padre, su mujer era una
prima lejana del pueblo.
Durante esos días que pasé en el hospital, me di
cuenta de que la vida era un gran tesoro. Ah, y que necesitaba una linterna,
que no recuerdo para que era.
Samuel Castellanos Tamayo (3º ESO)
MI VIDA ES UN PELIGRO
Un día mientras que estaba en la playa vi un tiburón. Al día
siguiente se me perdió el reloj en la playa y pensando que me lo había quitado
el tiburón salí del agua. cuando salí del agua escuché en la radio de un
turista que había ganado el Madrid el partido de fútbol. También escuché que
Ronaldo se había partido el tobillo.
Cuando volví de mis vacaciones de la playa empecé el colegio
y el primer día tuvimos examen de tecnología. En el examen de tecnología la
persiana de mi clase se descolgó y nos dio un susto a todos y puso a un alumno
de la clase en peligro. Resulta que se le cayó encima y le salió una brecha en
la cabeza y resulta que era mi amigo.
A los diez años ese amigo tuvo mujer y a la mujer se le cayó
la persiana encima mientras que patinaba en casa, cuando se cayó la persiana
encima el suelo se rompió y se vio un tesoro que tenía dentro una linterna y
millones de monedas de oro.
Pablo Fernández Marinas (1º ESO)
Un día cualquiera, Gabriel Quesada Lobo (2º ESO)
Pescando al gran tiburón, Féliz López Crespo (2º ESO)
La mala suerte, Juan Gómez Villa (2º ESO)
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